Leo Zuckermann, en sus minutos de opinar, consideró que a diez años del caso Ayotzinapa, hay 43 familias enlutadas que, desde el primer día y hasta hoy, las han tratado de utilizar para proteger o avanzar ciertos intereses políticos. Ellos siguen peregrinando con el fin de saber qué es lo que realmente sucedió. El sexenio pasado, el gobierno de Peña Nieto trató de calmarlos ofreciéndoles la “verdad histórica” de Murillo. Del lado opositor, el gobierno actual se colgó de inmediato de este asunto para atacar al gobierno peñista. “Fue el Estado”, argumentaban a los cuatro vientos.