Este domingo asesinaron a la activista trans Samantha Fonseca. Los hechos ocurrieron en la colonia Santiago Tepalcatlalpan, alcaldía Xochimilco, después de que Samantha acudiera a una visita al Reclusorio Sur.
Según un reporte de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC), después de que Samantha saliera del reclusorio pidió un auto por una aplicación. Posteriormente, de acuerdo a la declaración de sus acompañantes, se escuchó un disparo, y se percataron que las balas habían impactado a la activista.
La Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJ-CDMX) informó que el asesinato de la activista trans ya se investiga bajo el protocolo de feminicidio. Además, indicó que la Unidad de Investigación del Delito de Transfeminicidio también indaga el caso.
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Tras darse a conocer la noticia, militantes de Morena, condenaron los hechos y se sumaron a exigir justicia por el asesinato de Samantha. Una de ellas fue la diputada trans Salma Luévano, quien en un mensaje por redes sociales dijo temer por su vida ante la creciente ola de violencia contra las mujeres trans.
De acuerdo con la diputada, en lo que va de 2024 se han asesinado a 4 mujeres trans en México.
Por su parte, la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México pidió a la Fiscalía que no descarte el activismo de Samantha como parte de las líneas de investigación, así como la violencia estructural en contra de la población LGBTI+.
Abogada y administradora de empresas, en 2007 Samantha fue encarcelada tres meses en el Reclusorio Norte acusada de los delitos de robo y homicidio. En su caso, aunque Samantha ya se identificaba como una mujer trans, las autoridades la siguieron tratando como un hombre.
Tras salir de prisión, inició su activismo, involucrándose en el Partido del Trabajo (PT) como coordinadora nacional política de diversidad sexual y equidad de género, convirtiéndose en la primera mujer trans en ocupar un cargo partidista nacional en la historia.
Posteriormente se convirtió en secretaria de Derechos Humanos de Movimiento Ciudadano. En 2016 fue candidata a diputada local por Nueva Alianza. Actualmente era integrante de la fórmula al Senado que Morena iba a presentar en las elecciones de este año.
Horas antes de ser asesinada, Samantha llamó a realizar una protesta frente al Senado de la República para exigir el reconocimiento de la población trans en el país.
La protesta surge en el contexto de la polémica entre el presidente Andrés Manuel López Obrador y la diputada Salma Luévano, luego de que el titular del ejecutivo la mal generizara en una de sus conferencias matutinas. Aunque también, en un contexto de agresiones y asesinatos de mujeres trans en el país, como la golpiza que le dieron a la figura pública, Paola Suárez.
Tras el asesinato de Samantha, la protesta que convocó sigue en pie, y horas antes, frente a Palacio Nacional, un grupo de activistas e infancias trans colocaron mensajes reiterando que «Las vidas trans importan».