Moscú atacó objetivos «militares» en la ciudad ucraniana de Járkov, aunque las autoridades locales dijeron que habían sido edificios civiles, en represalia por el ataque sin precedentes que mató a 24 personas en la víspera en la ciudad rusa de Belgorod. Ucrania, por su parte, dijo que derribó 21 de los 49 drones Shahed de fabricación iraní, lanzados contra su territorio durante la noche y que apuntaban al sur y al este.
Rusia aseguro que no quedaría «impune» el ataque con misiles y cohetes contra Belgorod, a unos treinta kilómetros de la frontera ucraniana. Un ataque que Moscú insiste en que Kiev es responsable, aunque Ucrania guarda silencio.
Estos bombardeos en Belgorod mataron a 24 personas e hirieron a 108, según un nuevo balance difundido por el gobernador de la región, Viatcheslav Gladkov y representa el ataque más mortífero contra civiles en Rusia desde que comenzó el conflicto en febrero de 2022.
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«En respuesta a este acto terrorista, las fuerzas armadas rusas atacaron en los centros de decisión e instalaciones militares» en Járkov, declaró el ministro ruso de Defensa.
El gobernador de la región ucraniana, Oleg Sinegoubov, aseguró que los cohetes alcanzaron el sábado por la noche un hotel, edificios residenciales, clínicas y hospitales, hiriendo a 28 personas. Entre ellos había dos adolescentes y un británico, asesor de seguridad de un equipo de periodistas alemanes, informaron varias agencias en base a una comunicación de las autoridades ucranianas.
Rusia reconoció haber atacado un «antiguo complejo hotelero», el Palacio de Járkov, pero afirmó que allí se encontraban miembros de la inteligencia militar y de las fuerzas armadas ucranianas «implicados» en el atentado de Belgorod, así como «mercenarios extranjeros».
Vladimir Putin y su homólogo ucraniano, Volodimir Zelenski, pronunciarán sus discursos de Año Nuevo, tras un 2023 marcado por el fracaso de la contraofensiva estival ucraniana y la congelación casi completa de la línea del frente.