Katie Hobbs, gobernadora demócrata de Arizona dijo este viernes que enviará soldados de la Guardia Nacional a la frontera de Estados Unidos con México porque el gobierno del presidente Joe Biden «se rehusa a hacer su trabajo».
Hobbs, cuyo estado es un objetivo clave para los republicanos, reprendió la semana pasada a Biden, colega de partido, después de que cerraran un puerto de entrada legal, supuestamente para permitir que los funcionarios concentraran sus recursos en detener la migración ilegal.
De nuevo el gobierno federal se rehúsa a hacer su trabajo de asegurar nuestra frontera y mantener a nuestras comunidades seguras», expresó Hobbs en su orden este viernes.
La gobernadora de Arizona aseguró que actúa donde el gobierno federal “no lo hace».
«Pero no podemos solos, Arizona necesita recursos y poder humano para reabrir el cruce de Lukeville, administrar el flujo de migrantes, y mantener una frontera segura, ordenada y humana».
A pesar de los continuos pedidos por apoyo, la administración de Biden se rehusa a enviar los desesperadamente necesarios recursos a la frontera de Arizona».
Para su sobrevivencia económica, varias comunidades de la región dependen de la inmigración legal a través del paso Lukeville, y su cierre afecta a familias que viven a ambos lados de la frontera.
La inmigración es tema clave para los republicanos de cara a las elecciones presidenciales del año que viene, y demócratas como Hobbs, en los llamados estados «morados» por no inclinarse sólidamente a la tolda roja o a la azul, son vulnerables.
Hobbs envió la semana pasada una carta a la Casa Blanca, junto con los dos senadores del estado, el demócrata Mark Kelly y la independiente Kyrsten Sinema, pidiendo el envío de la Guardia Nacional para reabrir el cruce de Lukeville.
Hobbs derrotó en las elecciones de 2022 a la republicana Kari Lake, negacionista electoral que aún no reconoce su derrota en las urnas.
Entre octubre de 2022 y septiembre de 2023, las autoridades fronterizas contabilizaron 2 mil 4 millones de encuentros con migrantes en su frontera sur, la mayoría de ellos fuera de los oficiales puertos de entrada.
Octubre de este año cerró con 240 mil encuentros.
El tema migratorio jugará un papel clave en la presidencial del próximo año, en la que todo parece indicar que Biden, de 81 años, peleará la reelección contra el republicano de 77 años, Donald Trump.
Trump conquistó al electorado en 2016 con un férreo discurso antimigración, que está de nuevo y más radicalizado en el centro de su campaña política.
Biden, por su parte, intenta equilibrar los reclamos de un sector de la sociedad estadunidense por mayores restricciones fronterizas, con las voces de su partido que abogan por un sistema migratorio más humano.
Activistas coinciden en que ninguno de los dos partidos manifiesta voluntad política para impulsar una reforma del sistema migratorio que realmente atienda la situación.
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