Incialmente las autoridades anunciaron 130 víctimas fatales. Videos y fotografías publicados en redes sociales mostraron a la población local escarbando en medio de la noche entre los escombros de edificios destruidos en busca de supervivientes. Las casas de barro se derrumbaron o resultaron gravemente dañadas y los supervivientes se pusieron a salvo en el exterior, donde se escuchaban las sirenas de los vehículos de emergencia.
La sacudida llegó a sentirse en la capital de India, Nueva Delhi, situada a casi 500 kilómetros del epicentro. El portavoz policial de la provincia de Karnali, Gopal Chandra Bhattarai, explicó que desplegaron un amplio dispositivo para ayudar en las tareas de búsqueda y rescate. El hospital del distrito se llenó de residentes que trasladaron a heridos.
«El aislamiento de los distritos hace difícil que llegue la información», señaló. «Algunas carreteras quedaron bloqueadas por el daño, pero estamos intentando llegar a la zona a través de rutas alternativas».
El primer ministro nepalí, Pushpa Kamal, llegó este sábado por la mañana a la zona afectada después de expresar «su profundo pesar por el daño humano y físico causados por el terremoto».
«El gobierno está determinado a ayudar a las víctimas y a atender a los heridos», señaló.
Su homólogo indio, Narendra Modi, se dijo «profundamente entristecido» por la pérdida de vidas. «India se solidariza con el pueblo de Nepal y está preparada para extender toda la asistencia posible», agregó.
Nepal se ubica en una importante falla geológica donde la placa tectónica india empuja hacia arriba a la placa euroasiática, lo que dio origen a los Himalayas. En esta región los sistemos son habituales y en 2015 casi 9.000 personas fallecieron en Nepal en un sismo de magnitud 7.8 que destruyó más de medio millón de hogares.
El temblor destruyó o dañó casi 8 mil escuelas y dejó a casi un millón de niños sin clases. También derribó cientos de monumentos y palacios reales, incluidos sitios del valle de Katmandú que figuraban en el Patrimonio Mundial de la Unesco, en lo que supuso un duro golpe al turismo. Se estima que las pérdidas económicas del desastre fueron de 7 mil millones de dólares. En noviembre de 2022, seis personas murieron en otro sismo de magnitud 5.6 en el distrito de Doti, cerca de Jajarkot.
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