Jesús Silva Herzog Márquez, analista político, explico que él, huracán Otis no golpeó al paraíso. La tierra que azotó el fenómeno meteorológico era ya, desde hacía tiempo, un espacio sin ley. Si se necesitan ejemplos de lo que constituye un estado fallido bastaría hacer la crónica de la vida cotidiana en Guerrero. Basta unir los puntos que aparecen en la prensa regularmente para darse cuenta de que el Estado, ahí, hace tiempo que no existe. No hay en Guerrero un núcleo criminal preponderante. Una veintena de organizaciones se disputan el territorio de Guerrero, imponiendo con sus enfrentamientos un régimen de intimidaciones.