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Para salir del lodo: Juan María Naveja

Publicado por
José Cárdenas

Juan María Naveja

 

 

Unos para recuperar la credibildiad, el presidente, los militares y por ahí la gobernadora; otros para recuperar sus inversiones, empleos o proyectos; pero los más para volver a la vida, la que tenían, aunque fuese con limitaciones.
Y no, esto no tomará dos meses. Y sí, para muchos será una muy amarga navidad. Si para entonces se levantaron los escombros será un gran paso, porque regresar a lo que eran Acapulco y siete municipios más tomará varios años.
Hay quienes creen que es el final del principal centro turístico mexicano antes de Cancún. Esperemos que NO.
¿Hay remedio? Sí, pero se necesita voluntad, porque los obstáculos son formidables.
Los recursos se pueden obtener, en gran parte si hay voluntad y generosidad para recortar presupuestos a Pemex, la CFE, el Tren Maya y Dos Bocas, de ahí podrían salir unos diez mil millones de dólares, las dos empresas arrastran pérdidas y deudas monumentales y los dos proyectos solo se tendrían que demorar un poco más, como quiera, ya resultan costosísimos.
¿Y los obstáculos? Hay uno muy complicado, poner freno a los grupos criminales que azotan al estado de Guerrero desde hace mucho tiempo y que seguro encontrarán campo fértil para el lavado de dinero y extender sus redes.
Ya no tiene caso insistir en la desaparición del fideicomiso del Fonden ni del fondo para catástrofes, se fueron más de 300 mil millones de pesos que acumularon los gobiernos anteriores.
¿Y la transparencia? No la ha habido en los cinco años anteriores, lo más probable es que la información se reserve por seguridad nacional. Se puede anticipar un uso indiscriminado para obtener votos, la furia expuesta por los damnificados que se han expresado en medios y redes se irá doblegando a golpe de presiones, si no hay voto para Morena tampoco habrá apoyos, dirán los llamados servidores de la nación desplegados con ese propósito.
López Obrador trata de salir del fango en que se metió, en el jeep y en la lentitud de su gobierno. Pasó de comprometer su nombre o dar su palabra a sus sueños. Dice que un sueño es que para Navidad todos sean felices, habrá qué ver lo que opinan Santa Claus, el Niño Jesús y los Reyes Magos, porque la realidad es otra.
Al mandatario no le ayudan los antecedentes, prometió que en un año estaría reparada y regularizada la línea 12 del metro de la Ciudad de México, más de dos años después, dos millones de habitantes de Tláhuac y sus alrededores siguen a la espera.
Los militares tienen también su reto. El presidente ordenó que pasara por sus manos todo lo que llegara, prohibió que las organizaciones no gubernamentales lo hicieran por su cuenta, como siempre había sucedido y el resultado fue la desconfianza. La credibilidad de las fuerzas armadas salió golpeada, si bien es cierto que ha llegado ayuda directa, muchos la están pensando o preguntan por dónde será más seguro, esta vez no le tienen confianza a los militares, que por desgracia han quedado en evidencia, con el jeep en el lodo y con la soberbia que se ha exhibido en medios y en redes.
Hay que decirlo, los medios de comunicación han desplegado un trabajo extraordinario, le han dado voz a las víctimas, las imágenes han sido lo que son, porque no se pueden ocultar ni maquillar los daños que dejó un huracán devastador, tampoco se pueden atenuar los olores a muerte.
Para salir del lodo se necesita trabajo, dinero, organización, supervisión, transparencia, seguridad, visión y más, mucho más.
Si se quiere resolver con propaganda Acapulco y el resto de Guerrero se hundirán aún más en el fango.

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José Cárdenas