Ricardo Castillo, periodista, director de Quadratín Guerrero, damnificado, en entrevista, expresó con incertidumbre que tras el paso del huracán Otis, lo perdió todo. Otis se vivió como una licuadora activa durante dos horas, objetos volaban por todos lados. Todos los días él y su familia realizaban actividades de limpieza, entre escombros, papeles, ropa mojada, y parece que no se termina. La ayuda gubernamental llega a cuentagotas, algunas zonas y familias aún están sumidas en la penumbra, la energía eléctrica no se ha restablecido.