Israel dice que el ataque fue a una ambulancia que utilizaban los milicianos de Hamás. Mientras que la parte palestina señala que eran varias ambulancias que transportaban heridos al paso de Rafah y que murieron 15 personas.
Israel es inmune a la presión de Estados Unidos para que haya una «pausa humanitaria». Dice que está estrechando el cerco a la ciudad de Gaza y que no habra pausa hasta que Hamás no libere a los rehenes.
Un edificio escolar fue atacado al norte de la ciudad de Gaza. Según la parte palestina el edificio era un refugio para personas desplazadas en el que murieron una veintena de personas.
Anteriormente Israel admitió haber atacado una ambulancia junto al hospital Al Shifa justificando que era utilizada por milicianos de Hamás. Sin embargo la parte palestina lo niega, insistiendo en que había al menos dos ambulancias que transportaban heridos al paso de Rafah y que murieron 15 personas.
El Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, se ha mostrado «horrorizado» por el ataque de Israel contra este convoy y ha exigido a Hamás la liberación «incondicional» de todos los rehenes, al tiempo que exhortó «a todos aquellos con influencia» a que la ejerzan para asegurar que se cumplen las reglas de la guerra y que el conflicto no se extiende a otras regiones de Oriente Medio.
Más de 9000 palestinos han muerto desde que comenzó la ofensiva israelí sobre la Franja de Gaza, de los que al menos 3760 eran menores de edad, según el Ministerio de Sanidad gazatí.
En su comunicado, Guterres hizo un repaso de la horrible situación humanitaria que se vive en el enclave, donde los refugios de la ONU están siendo bombardeados, las morgues no dan abasto y apenas hay acceso a comida, agua o medicinas.
«Una población entera está traumatizada. No hay ningún lugar seguro», lamentó.
Hamás por su parte dice haber destruido varios tanques. A última hora del viernes, un cohete cayó en una guardería israelí aunque no se informó de heridos.
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