La carta de adhesión en favor de la candidatura de Clara (Juanito) Brugada –y por consecuencia contra García Harfuch– de casi 800 personas de conocida trayectoria y peso prestigioso en ese movimiento llamado Morena, con sus naturales antecedentes –PC; PSUM; PRD, ETC., de la izquierda ortodoxa, progresista, humanista, internacionalista y demás, tuvo en el equipo de Claudia Sheinbaum el efecto de los misiles de Hamas en el territorio de Israel.
Fue un bombazo contundente aunque podamos llamarla, la oda a la Utopía, cuyos efectos son complejos: si el presidente López Obrador, decide retirarle su relativo apoyo al candidato de Claudia, y le ordena retirarlo, la enviará a la campaña lastimada, exhibida como distraída y falta de compromiso partidario e ideológico (si hubiera alguna ideología por respetar) y en su primera decisión importante en la antesala de la elección presidencial, resultará baldada con una cojera de ganso lastimado, cuyo renguera no hallará solución ni siquiera con el bastón de mando de los pueblos originarios. Ni para apoyarse sirve.
Mostrará también la certeza de quienes sospecharon la autonomía de su dependiente candidatura, de su peso y su valor propio. Ni mando, ni bastón. Simple representación coyuntural del poder real, así la coyuntura pueda prolongarse seis años.
Si por el contrario, AMLO la autoriza a proseguir con el experimento OGH, cuyo fondo es el corrimiento al centro pequeño burgués (dirían ellos) en pos de las clases medias sin abandonar a las bases (cosa complicada en la dialéctica de los “duros”), le mandará encima, así sea sin quererlo, una batería furiosa de radicales, semi radicales, similares y conexos, agraviados por la traición ideológica y el asilo a un policía de horribles ascendientes, militares criminales y policías torturadores en los sótanos de la Dirección Federal de Seguridad, cuyo papel en el crimen de Iguala nunca ha quedado del todo clara, así el propio presidente lo haya exculpado de la desaparición de los “mártires de Ayotzinapa”, delito del cual no se atrevieron a acusar tampoco a Murillo Karam.
En este espacio dijimos, cuando García Harfuch se lanzó a la contienda apadrinado y adoctrinado por Claudia, dos días antes de la cena en el sitio conocido (simbólicamente) como “El mayor” en el cual se hizo la faramalla del mando hoy lastimado, cuya primera acción fue rechazada por “la militancia” con una sonora bofetada de 800 firmas inmaculadas.
Mal van las cosas para quien fracasa en la primera decisión personal (importante) en su carrera política.
El desplegado, escrito con un lenguaje pomposo en cuya redacción se oculta el blanco del bombazo, pero se suelta el “Fat boy”, comienza con una definición poco afortunada:
–“La ciudad de México es una de las más grandes experiencias urbanas de nuestro planeta y su origen se remonta siglos atrás…”, como si llamar “experiencia” a un asentamiento humano de 700 años; no de dos millones como dijo el sabio de Macuspana, tuviera alguna importancia.
Luego viene una cansada relatoría de la evolución política de la capital; su diversidad, su condición hospitalaria, su naturaleza plural y su “inmensa riqueza social”, con una obvia y cursi conclusión:
“…la experiencia democrática de la ciudad se ha extendido a lo largo y ancho del país y ha hecho posible la transformación encabezada por Andrés Manuel López Obrador.”
Al llegar a este punto –un extremo de la historia con el águila y la serpiente y el otro con el señor de Macuspana–, el desplegado debería incluir fanfarrias trompeteras, pero es una simple hoja de periódico, cuya verdadera importancia no está en su texto, sino en quienes lo firman; no en la repetición de bobadas como recurrir a Tomás Moro y Eduardo Galeano con la pueril definición de la utopía. Como si “El principito” pudiera superar a Maquiavelo. Caminar juntas y juntos.
Nunca tantos firmantes le ofrecieron tanto a una sola persona. Esto es excesivo por donde se le mire:
“…La Ciudad de México merece ser gobernada en esta nueva etapa por una mujer que piensa y trabaja así, que entiende que esta metrópoli es de todas y de todos, y que está comprometida con la transformación de México a partir de una idea moderna, progresista y democrática.
“…Nadie como Clara tiene hoy la experiencia para conducir este proceso con certidumbre y creatividad, innovación y experiencia. Sus propuestas alumbran con una luz nueva el horizonte; necesitamos que la luz de mañana venga como el sol de cada día, del oriente…”
Como dicen otros distinguidos iztapalapenses, “de Iztapalapa para el mundo”.
En torno de Clara, vuelan “los ángeles azules” de la ortodoxia y Claudia tiene los dedos atrapados en la puerta. O pierde la puerta o se queda sin falanges.
DERECHO
Pero no sólo esa carta decoró la semana. Hubo otra, esta de la comunidad universitaria de la Facultad de Derecho:
“(M). – Estudiantes y exalumnos pidieron a la Junta de Gobierno repudiar la serie de acontecimientos que ha vivido recientemente la Facultad y valoren a Raúl Contreras Bustamante por su calidad de persona.
“La comunidad de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), se pronunció respecto a las recientes agresiones contra esta entidad académica, sobre todo, después de que su director, Raúl Contreras Bustamante, manifestó su intención de contender por la Rectoría de esta casa de estudios.
«A partir de que el doctor Raúl Contreras Bustamante nuestro director en funciones, fue postulado por el Consejo Técnico y los colegios de profesores de nuestra facultad para participar en el proceso para la elección de la persona que se ocupará de la Rectoría de la Universidad Nacional Autónoma de México, nuestra comunidad ha recibido una serie creciente de agresiones injustificadas e inadmisibles.
“Estas agresiones alcanzaron su clímax la semana pasada, cuando el lunes 2 de octubre del presente, con el pretexto de una posible plaga de chinches (Cimex lectularius) en la UNAM, hubo un primer intento de tomar nuestras instalaciones por parte de un grupo minoritario de alumnos y exalumnos, que ya ni siquiera participan de la vida diaria estudiantil, pero siempre están atentos para volver a la Facultad ante la posibilidad de escalar o crear un conflicto…”
Citan además un segundo acoso a las instalaciones en el cual fueron agredidas la secretaria general de la Facultad, doctora Sonia Venegas Álvarez; la secretaria administrativa, maestra Patricia Merodio Bassan; el profesor Rodolfo Romero; y la trabajadora Adriana González Espejel, quienes se enfrentaron a los “porros” (algunos del IPN), para evitar la toma y el cierre del edificio.
CIENFUEGOS
Algunos de los firmantes de la carta morenista se cebaron contra el general Salvador Cienfuegos durante años y años. También contra el general Cervantes. Ahora, cuando el jefe de todos ellos olvida sus palabras y los condecora y honra, todos se quedan calladitos, guardan silencio como momias. ¿Verdad Epicteto?
Rafael Cardona