Israel afirmó este sábado que está ampliando su operación terrestre en Gaza con infantería y vehículos blindados respaldados por ataques “masivos” desde mar y aire. Uno de los objetivos fundamentales para el ejército israelí son los túneles de Hamás, una red subterránea de longitud desconocida que permite esconderse y desplazarse a los milicianos del grupo islamista.
Según el Gobierno israelí, más de 1400 personas fueron asesinadas en Israel durante el ataque de Hamás del 7 de octubre. Entre los muertos había al menos 311 soldados, según el ejército. Además, se estima que Hamás tiene en sus manos a 229 rehenes israelíes. El ministro de Defensa, Yoav Galant, se reunirá este domingo con los familiares de los secuestrados, preocupados por la seguridad de sus allegados tras el incremento de las incursiones israelíes.
Israel también cortó las comunicaciones en Gaza, creando un casi apagón de información del enclave asediado y aislando en gran medida a los 2,3 millones de habitantes del territorio del mundo exterior. Israel dice que sus ataques tienen como objetivo a los combatientes y la infraestructura de Hamas y que los militantes operan entre civiles, poniéndolos en peligro.
El número de muertos palestinos en Gaza ha superado los 7700, más del 60% de ellos menores y mujeres, según el Ministerio de Salud del territorio. Cientos de edificios quedaron “completamente destruidos” en la Franja de Gaza durante los bombardeos israelíes durante la noche, según las autoridades del enclave. Los bombardeos israelíes más violentos de la noche se concentraron en las zonas alrededor de dos hospitales, al-Shifa en la ciudad de Gaza y el hospital llamado «indonesio» porque fue construido con donaciones de Indonesia, en la zona. El Ejército israelí acusó este viernes a Hamás de «librar la guerra desde hospitales» en la Franja de Gaza y de utilizar a su población como «escudo humano», algo que el movimiento islamista negó categóricamente.
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