Padre Ángel Vargas, párroco de Santa Cruz, Tamaulipas, en entrevista con José Cárdenas, relató que el derrumbe ocurrió luego de la misa dominical y aseguró que en el recinto sólo se encontraban las familias que acudieron a bautizar a niños y niñas. El momento más difícil tras el colapso del techo fue tener que bendecir los cuerpos de los menores de edad que habían acudido a recibir el bautismo. Dijo que la última vez que la iglesia recibió mantenimiento fue hace tres años y en ese momento no se detectó ninguna irregularidad sobre la losa que se derrumbó. Además, el padre señaló que la losa no era antigua; sin embargo, describió que uno de los tensores que sostenían el techo falló, se reventó, y eso provocó el colapso. Para el párroco el derrumbe es la experiencia más difícil que le ha tocado vivir y afirmó que es un suceso que nunca va a olvidar.