Libia entierra a miles de cadáveres mientras se revelan estudios sobre cómo las dos presas que se rompieron por las inundaciones presentaban grietas desde 1998.
Los residentes y los servicios de rescate tratan de hacer frente a la gran cantidad de cadáveres que aparecen o se acumulan bajo los escombros en Libia. Las inundaciones han dejado ya más de 11 200 muertos , unos 10 000 desaparecidos y 30 000 evacuados.
La OMS y otras organizaciones han instado a las autoridades a no enterrar a todos en fosas comunes para evitar que se propaguen enfermedades. Numerosos equipos de rescate, como este equipo de bomberos italianos, siguen buscando cadáveres en Derna.
Las autoridades libias han abierto una investigación sobre el colapso de las dos presas que provocó ese enorme muro de agua que arrasó la ciudad, destruyó barrios enteros y que se tragó a numerosas personas.
Según varios estudios las dos presas tenían grietas desde 1998 que nunca se habían reparado. Los residentes también inspeccionan los daños causados por el ciclón Daniel y el tráfico se reanuda gradualmente.
Organizaciones humanitarias han alertado del desplazamiento de artefactos explosivos procedentes de recientes conflictos.
Por su parte, el director del Centro Nacional para el Control de Enfermedades, Haider Al-Sayeh, informó haber registrado al menos 55 casos de agua contaminada, lo que podría suponer un problema de salud pública.
El Ayuntamiento de esta localidad advirtió del peligro de la contaminación de las aguas subterráneas en la zona siniestrada, que exponen a los supervivientes a enfermedades como la diarrea y la cólera así como la deshidratación.
La ayuda humanitaria enviada hasta el momento es una «gota en el océano», lamentó este jueves UNICEF, que hizo un llamamiento a los donantes para reunir 67 millones de euros destinados a cubrir las necesidades de 250.000 damnificados durante un trimestre.
Pese a la urgencia de la situación, las autoridades enfrentadas no han logrado unificar sus políticas, lo que algunos analistas califican de «gestión caótica», aunque ambas pidieron el lunes por separado ayuda humanitaria y declararon tres días de luto nacional.
Dos poderes enfrentados se dividen el poder ejecutivo: el Gobierno de Unidad Nacional (GNU), radicado en Trípoli (oeste) y reconocido por la comunidad internacional, de Abdulhamid Dbeiba; y el Gobierno de Bengasi, elegido por el Parlamento y bajo control del mariscal Jalifa Haftar- hombre fuerte del país-, dirigido por Osama Hammad.
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