En el evento, que tuvo lugar en la plaza Kim Il Sung de la capital Pyongyang, participaron las «fuerzas paramilitares» en lugar de los soldados del ejército regular, y no se exhibieron armas vetadas por la ONU, como los misiles balísticos intercontinentales, informaron los medios estatales.
Las imágenes de la prensa oficial mostraban brigadas paramilitares uniformadas, algunas sobre tractores o grandes camiones rojos, todo bajo la atenta mirada de Kim y de su sonriente hija.
Kim se reunió con una delegación china encabezada por el viceprimer ministro del Consejo Estatal, Liu Guozhong. Es la segunda visita en seis semanas de altos cargos chinos, un indicio de que Pyongyang está relajando su control fronterizo frente al covid. Ambas partes anunciaron su intención de seguir «intensificando la coordinación y la cooperación» entre los dos países, informó también la agencia oficial norcoreana KCNA.
Otro grupo de diplomáticos rusos y un conjunto de canto y danza también acudieron al acto, explicó este medio. Rusia recibió recientemente permiso para incorporar nuevos diplomáticos a su misión en Pyongyang, según informó la embajada de Moscú. Esta es la primera rotación de personal desde 2019.
El presidente ruso, Vladimir Putin, citado por el Kremlin, felicitó a Kim por el aniversario, abogando por reforzar «los lazos bilaterales en todos los frentes».
«Esto redunda plenamente en interés de nuestros pueblos», afirmó, añadiendo que desde la proclamación del régimen de Pyongyang, «las relaciones entre nuestros países se han basado en los principios de la amistad, buena vecindad y respeto mutuo».
Según medios estatales chinos, el presidente Xi Jinping también felicitó a Kim en una llamada.
«Para los norcoreanos es una nueva confirmación de que cuentan con el apoyo de China y una buena confirmación de que, desde la guerra de Ucrania, Rusia no tiene más remedio que apoyar a Corea del Norte», indicó el analista Andrei Lankov.
La visita de Liu Guozhong se suma a la de otro alto cargo de Beijing, Li Hongzhong, miembro del Comité Político del Partido Comunista chino, en julio. Esta presencia de dignatarios chinos y rusos aviva las especulaciones de un encuentro entre Kim y Putin para discutir acuerdos de venta de armas.
El líder norcoreano no acostumbra a viajar al extranjero, y no sale del país desde que comenzó la pandemia de Covid-19. Fuentes oficiales estadunidenses dijeron al diario The New York Times que Kim viajará este mes en un tren blindado a la cercana ciudad rusa de Vladivostok para reunirse con Putin.
Lankov afirmó que una reunión entre ambos es «probable», porque para Moscú, «Corea del Norte puede utilizarse como herramienta para influenciar el comportamiento de Estados Unidos, Corea del Sur» y otros países respecto a la guerra en Ucrania. Sin embargo, el Kremlin negó por segunda vez esta semana el encuentro.
«No, no sé nada», declaró el vocerode la presidencia rusa Dmitri Peskov al ser preguntado si tenía información sobre una posible reunión.
La creciente cooperación entre China, Rusia y Corea del Norte, añadida a la ausencia de Xi en la cumbre del G20 en India, muestra «una fisura creciente en el panorama geopolítico de Asia», consideró Leif-Eric Easley, profesor en la Universidad Ewha de Seúl.
«La mayoría de actores de la región quieren evitar una nueva Guerra Fría, pero esto parece cada vez más difícil a medida que Beijing y Moscú apoyan a Pyongyang», afirmó.
Esta semana, Pyongyang presentó su primer «submarino nuclear táctico de ataque», pero el ejército surcoreano afirmó que la nave podría no estar operativa.
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