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«Violación» de género contra hombres: Rafael Arce

Publicado por
José Cárdenas

Rafael Arce Ruiz

 

 

Iniciamos estas colaboraciones en La Verdad en modo pregunta: ¿Existe la “violación” política de género contra los hombres?

La duda surge en medio de la guerra de acusaciones entre el inquilino de Palacio Nacional y la aspirante presidencial del Frente Amplio por México, Xóchitl Gálvez. Por cierto, apenas hace unas horas un juez ratificó la orden al presidente López Obrador para no referirse, por tiempo indefinido, a la senadora hidalguense porque lo ha hecho con “malicia efectiva”.

El representante del Poder Judicial -al que el Presidente considera uno de sus favoritos enemigos- emitió esa medida cautelar tras los dichos en la conferencia mañanera del miércoles 9 de agosto de 2023:

“Ya eligieron los de arriba: Diego, Fox, Salinas, etcétera, etcétera, etcétera, y los medios ya eligieron, eso ya está resuelto, esa fue una consulta que hicieron en lo oscurito… ya impusieron, ya hay cargada’. ¿No se han dado cuenta? Son muy predecibles, muy obvios… Fue elegida por un grupo de hombres que la han impuesto… La escogieron porque piensan que van a engañar con una mujer que nace en un pueblo de Hidalgo y que habla de manera coloquial, directa y dice groserías, pero pues la gente ya no se va a dejar engañar.”

“Es un pelele, un títere, una empleada de la oligarquía —según ellos, eso fue lo que yo dije—…”

Ya con la orden judicial a cuestas, el jefe del Ejecutivo se preguntó en voz alta si la “violación” política de género también puede ser contra los hombres.

“Y también una pregunta: todo lo que me dicen a mí, ¿no hay violación de género?, ¿o el género es nada más femenino? O sea… ¿Por qué están retorciendo mis palabras y, desde luego, destruyendo la ley?”, dijo. En esta ocasión el dardo distractor lanzado desde Palacio Nacional no causó el debate acostumbrado. Es menester hacer una parada para estar en modo consciente.

De acuerdo con las leyes electorales el debate, la confrontación y el disenso propias de toda democracia no necesariamente tienen que considerarse como violencia política. Es decir, bienvenidos el intercambio de ideas y la retroalimentación desde las distintas ideologías y posiciones partidistas siempre y cuando impere el respeto lejos de la discriminación.

Sin embargo, cuando el debate y confrontación de ideas se transforman en agresiones contra la mujer por ser mujer, los focos rojos se encienden solos porque se está frente a un caso de violencia política de género.

De acuerdo con la justicia mexicana, desde la tribuna de Palacio Nacional se violentó el Protocolo para la Atención de la Violencia Política contra las mujeres en razón de género que puntualmente indica: “la violencia política contra las mujeres comprende todas aquellas acciones u omisiones de personas, servidoras o servidores públicos que se dirigen a una mujer por ser mujer (en razón de género)… con el objeto o resultado de menoscabar o anular sus derechos político-electorales, incluyendo el ejercicio del cargo…“

Por cierto, si bien las mujeres y niñas sufren violencia de género de manera desproporcionada, los hombres y los niños también pueden ser blanco de ella”, asegura la ONU-Mujeres y esto abre otro ángulo en este debate.

El autor intelectual y material de la violencia política de género contra los hombres puede provenir de un hombre. El 2006 no nos deja mentir cuando el opositor López Obrador mandó callar a su contrincante Vicente Fox con el clásico “cállate chachalaca” o cómo en el 2000, Fox propinó el adjetivo discriminatorio “labestida” a Francisco Labastida.

López Obrador ve a Xóchitl Gálvez como una amenaza electoral rumbo a las elecciones presidenciales de 2024. Por eso arremete contra ella. La actitud se replicaría con Santiago Creel y/o Enrique de la Madrid. La duda radica en si se denunciaría la violencia política de género ejercida contra esos hombres. Aunque entre políticos quien se lleva, se aguanta.

Un gobierno que se autodenomina feminista no ordena el cierre de guarderías o desaparece programas de género o clausura refugios para mujeres violentadas.

Entonces: ¿Hay violencia política de género contra los hombres? Seguimos en modo pregunta. La mejor respuesta es la suya.

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José Cárdenas