Rusia efectuó un nuevo ataque masivo con misiles contra bases aéreas situadas en el oeste de Ucrania, un día después de que drones ucranianos dañaran un petrolero ruso en plena tensión en el mar Negro. La fuerza aérea ucraniana indicó que derribó 30 de los 40 misiles de crucero y la totalidad de los drones de fabricación iraní Shahed lanzados por Rusia durante la noche.
Ucrania asegura que Rusia también usó tres misiles hipersónicos Kinzhal, pero no precisó si habían sido derribados. Las autoridades ucranianas no precisaron qué bases fueron impactadas, pero el Ministerio ruso de Defensa informó que había golpeado «bases aéreas de las fuerzas armadas ucranianas cerca de las localidades de Starokonstantinov, en la región de Jmelnitski, y Dubno, en la región de Rivne».
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«El objetivo del bombardeo ha sido alcanzado. Todos los objetivos han sido impactados», subrayó el ministerio en Telegram. La región de Jmelnitski, en el oeste de Ucrania y a cientos de kilómetros del frente, alberga una importante base aérea y es regularmente blanco del ejército ruso.
Según un responsable de la administración de la región, Sergiy Tyurin, Jmelnitski fue atacado tres veces desde el sábado por la noche. «Hubo una serie de explosiones», que dañaron varios inmuebles, la estación de tren y otros edificios, informó en Telegram.
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Los bombardeos también alcanzaron un almacén de desechos de maíz, provocando un incendio que destruyó el edificio. Un empleado resultó herido, precisó Tyurin.