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Mood | Bastón de mando… la ambición… ¿en una mujer?: Rafael Arce Ruiz

Publicado por
José Cárdenas

Rafael Arce Ruiz

 

 

El mood en esta ocasión es de casualidad y ambición política. ¿A quién no le gusta tener en sus manos el poder máximo? Los políticos entran como cuchillo en mantequilla en este grupo.Eso de la ambición política viene desde tiempos bíblicos.

No importa partido político o ideología. Huelen el hueso, lo persiguen a donde vaya sin importar los años que le inviertan. Es un modo de vida.

Un embrujo cae sobre ellos cuando ya tienen al poder en su regazo. Quieren perpetuarse, morir a su lado y más si un pajarito les aconseja, como al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, no lo suelten.

Antes prefieren entregarlo a quien les garantice dar continuidad a su proyecto, bueno o malo, pero su proyecto. ¿Seráel mensaje del presidente López Obrador al anunciar que la próxima semana entregará su bastón de mando?

Eso del poder es como una maldición al estilo el Señor de los Anillos: por más intentos para deshacerse de él, nada más no abandona a su dueño, lopersigue, lo transporta a espacios nunca vistos, lo rodea de gente igual de ambiciosa y lo hace perder el piso.

En el caso de México pusimos – o no- en la silla presidencial a un hombre quien la buscó por 12 años, en tres elecciones presidenciales. La primera fue en el 2006 cuando Felipe Calderón Hinojosa le ganó con una diferencia de 0.56 por ciento de votos, de acuerdo con el entonces Instituto Federal Electoral.

En 2012, el aspirante a poseer el máximo poder del país volvió a trompicar. En esa ocasión, frente al priísta Enrique Peña Nieto quien le arrebató las llaves de la residencia oficial de Los Pinos con 6.6 por ciento de más votos.

Cual animal político, el tabasqueño acechó al poder, construyó su Movimiento de Regeneración Nacional, esperó el momento exacto y saltó para hacerlo suyo. La tercera fue la vencida. En 2018, Andrés Manuel López Obrador hizo suyo lo que tanto anheló por casi dos décadas: convertirse en el hombre más poderoso de México al amparo de la banda presidencial sobre su pecho.

López Obrador es un presidente lleno de simbolismos. Habría que recordar la ceremonia, en el Zócalo de la Ciudad de México, después de tomar posesión ante el Congreso de la Unión.

Allí, en su bastión, donde ha reunido a millones de voluntades, recibió el bastón de mando de los pueblos originarios. Ungido por chamanes, aquella noche del 1 de diciembre de 2018 López Obrador recibió un bastón de mando para convertirse en el líder y protector de los más desprotegidos.

Ahora, él hará lo mismo con su bastón de mando construido a base de casi seis años en el máximo poder, 12 de buscarloy más de 30 de nadar entre sus aguas desde aquellos noventa en Tabasco.Entregará su bastón de mando el 6 de septiembre, el mismo día que Morena revelará a la candidata o el candidato presidencial para el 2024.

La historia casi nunca se equivoca. En política, no hay casualidades sino causalidades. En política las intenciones se asemejan más a intereses. La prioridad de los políticos es hacer suyo elpoder, sobarlo, conservarlo, servirse de él y hasta heredarlo.

Parece inevitable que México será gobernado por una mujer. ¿La maldición por el hambre de poder continuará?

Que conste que estamos en mood de casualidad y ambición.

 

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José Cárdenas