Diego Fernández de Cevallos, en su bitácora de la resistencia, explicó que el escándalo que han provocado los libros de texto es la consecuencia de un trabajo gubernamental, perverso y mal hecho, porque un gobierno depravado lo que toca, lo deprava. Muchos especialistas han dicho que esos libros al ser apología, es grave, porque conducen a la estupidez de los educandos. Esos especialistas afirman, además, que al proyectar una sola mirada del mundo son en realidad meros instrumentos de propaganda que están plagados de errores y mentiras imperdonables y con la única condición de adiestrar, de hacer propaganda, de engañar y abatir la mente de los educandos, por supuesto por su pésima calidad pedagógica, educativa y cultural.