El INEGI dio a conocer ayer el Producto Interno Bruto (PIB) para el segundo trimestre del año (“estimación preliminar”). El PIB registró un crecimiento trimestral de 0.9 por ciento en 2T23, principalmente impulsado por el sector servicios, que creció 1.0 por ciento, seguido por la producción industrial y la producción agropecuaria, que observaron un incremento de 0.8 por ciento (cada sector) en el periodo abril-junio de 2023 con respecto a 1T23. Con estos datos, el PIB creció 3.6 por ciento a tasa anual, con respecto a 2T22. Considero que ya no solo podemos hablar de “la resiliencia” de la economía mexicana, sino de que está en pleno crecimiento. Entonces, hagamos el siguiente experimento hipotético: Si la economía mexicana ya no creciera en la segunda mitad del año, es decir, si registrara tasas de crecimiento trimestral de cero por ciento en 3T23 y 4T23 ¿Cuánto crecería el PIB en todo el año? Bueno, pues podría observar un crecimiento anual de 2.9 por ciento en 2023 ¿Qué tasa de crecimiento estima el consenso de analistas? De acuerdo con la encuesta más reciente del Banco de México, la mediana entre analistas para el crecimiento del PIB en 2023 es de 2.3 por ciento. Entonces, una de dos, o se piensa que la economía mexicana se va a contraer en la segunda mitad del año o va a haber otra ola de revisiones de las proyecciones de crecimiento del PIB al alza en los próximos días.
Por un lado, los pronósticos de muchas casas de análisis a nivel global continúan proyectando una desaceleración de la economía estadounidense e inclusive una recesión. Esa puede ser una razón para pensar que la economía mexicana pueda desacelerarse. Sin embargo, ¿Contraerse? y ¿En la segunda mitad del año? Como comenté en este mismo espacio la semana pasada (“¿Está funcionando la política monetaria?”, 25 de julio), no se aprecia que la economía de nuestro país vecino del norte se esté desacelerando y si esto llegara a ocurrir, es muy factible que no sea en la segunda mitad de este año, sino después, prácticamente a partir de inicios de 2024, si es que ocurre. Entonces, con la fortaleza de la economía estadounidense -que entre otras cosas implica fortaleza de remesas y turismo en México-, y con una economía mexicana que continúa beneficiándose del near-shoring y la aceleración de la construcción de los proyectos insignia del gobierno federal (e.g. refinería de “Dos Bocas”, Tren Maya), entre otros factores, pensar que la economía mexicana se va a contraer se ha tornado muy difícil de defender, por decir lo menos. Así, es muy factible que venga otra ola de revisiones de pronósticos de PIB al alza para 2023 y tal vez para 2024 también.
¿Hacia dónde pueden apuntar los pronósticos de crecimiento del PIB? Como comenté, dado que con tasas de crecimiento trimestral de cero por ciento en 3T23 y 4T23, la economía crecería al menos 2.9 por ciento anual, entonces es factible que nos encontremos con pronósticos del PIB entre 2.9 y 3.5 por ciento para 2023. ¿Y para 2024? Esto es más complicado porque para quienes piensan que la economía estadounidense va a caer en recesión en el 2024 y además, con un efecto de base de comparación más alto en 2023, esto puede implicar tasas menores al consenso actual de 1.5 por ciento. No obstante lo anterior, para quienes piensen que la economía de los Estados Unidos se va a desacelerar el año que entra -pero sin caer en recesión-, y por otro lado, con una mayor inercia de crecimiento en México, podríamos ver mejoría en las perspectivas de crecimiento de nuestro país para 2024. ¿Qué va a dominar? No lo sé, pero considero que todavía podemos estar en un mundo 50-50 por ciento entre optimistas y pesimistas, por lo que al final del día, tal vez ni siquiera se modifique la mediana de las proyecciones de crecimiento del PIB para 2024.
Dos aspectos interesantes que considero importante destacar. Por un lado, por cuarto año consecutivo, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) nos va a ganar a los analistas como pronosticador de crecimiento del PIB (2020, 2021, 2022 y 2023), como lo comenté en este espacio anteriormente (“Las críticas a los Criterios Generales de Política Económica”, 4 de abril). Enhorabuena para el equipo técnico de SHCP, actualmente dirigido por Rodrigo Mariscal y apoyado por el Secretario Ramírez de la O y el
Subsecretario Yorio. ¿Podría ser suerte? Uno o dos años, considero que podría ser suerte, cuatro años y además, consecutivos, ya no. El marcador va: SHCP: 4; Consenso de analistas: 0. Esas críticas de “optimismo excesivo” que ha recibido SHCP en cada publicación de los Criterios Generales de Política Económica y Pre-Criterios, deben de quedar totalmente enterradas.
Por otro lado, una pregunta importante es si la política monetaria del Banco de México está teniendo efecto en restringir las condiciones financieras de nuestro país y desacelerar la actividad económica. Siempre se puede pensar que sin el alza de tasas de Banxico, la economía podría estar creciendo más, en lugar de lo que está observando. Sin embargo, al ver cómo el crédito continuó creciendo en junio (10.3 por ciento nominal), a pesar de los 725 puntos base de incremento de tasas varios meses atrás, considero que la política monetaria en México no está siendo efectiva en los canales de transmisión ‘tradicionales’ de política monetaria de demanda agregada y de crédito. ¿Por dónde sí está funcionando la restricción de Banxico? Por el canal de tipo de cambio. Basta con ver el nivel al que opera el peso frente al dólar de los Estados Unidos y la dinámica del mercado cambiario.
Históricamente veíamos subir tasas al Fed y desacelerar la economía estadounidense y Banxico subía tasas y la economía mexicana se desaceleraba. Pero entonces ¿La economía mexicana se desaceleraba por la subida de tasas de Banxico o por la desaceleración económica en EU? Hoy tenemos a nuestro alcance un ‘experimento natural’ en el que Banxico empezó a subir tasas desde junio de 2021 y el Fed desde marzo de 2022 y podemos evaluar qué tan efectiva es la política monetaria en México. Independientemente de esto, considero que Banxico ha actuado con gran responsabilidad y como he comentado anteriormente, de manera oportuna y decisiva. Lo que sí creo es que, si no vemos una desaceleración de la economía mexicana en los próximos meses y una disminución considerable de la inflación subyacente, no va a ser factible que Banxico baje tasas muy pronto, como los mercados anticipan (“Disminución de la inflación: bienvenida, pero insuficiente”, 11 de julio).
Twitter: @G_Casillas
* El autor es Economista en Jefe para Latinoamérica del banco Barclays y miembro del Comité de Fechado de Ciclos de la Economía de México.