Diego Fernández de Cevallos, en su bitácora de la resistencia, expresó que se debe aceptar que el problema de la educación pública en México no es nuevo; no nació en este gobierno y la historia de la humanidad enseña que la tarea educativa siempre ha estado determinada por dos impulsos contrapuestos. Por un lado, los esfuerzos libertarios y del otro, los afanes de dominio. Los primeros son para liberar la ignorancia a los educandos y capacitarlos para enfrentar en libertad y con éxito la vida. Del otro lado para someterlos al dominio de quienes deciden el contenido de la educación, tratase de gobiernos, de iglesias u de otras fuentes de poder como el económico.