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Desaparecer al desaparecido: Francisco Graue

Publicado por
José Cárdenas

Francisco Graue

 

 

Conforme el sexenio de AMLO llega a su fin, quedan claras las razones del Presidente para elegir este año como “el año de Francisco Villa”. En un país como México, muchas veces, las leyendas tienen más peso que los datos concretos. Así hemos forjado una parte muy importante de nuestra historia pasada y reciente, con leyendas.

 

AMLO ignora la historia, pero entiende el valor de las leyendas, lo que le ha permitido forjar una narrativa a partir de medias verdades y completas mentiras. Y que mejor figura para esta narrativa que la imagen institucional del héroe morenista Francisco Villa. Le viene como “anillo al dedo” (AMLO dixit)

 

Villa, un delincuente al que la leyenda -que no la historia- ha elevado a héroe nacional, jamás creyó en la ley. Al mando de su ejército murieron asesinados, con crueldad inusitada, decenas de miles de mexicanos inocentes. A cualquier persona que Villa consideraba su enemigo lo eliminaba sin piedad.  Su desprecio por las mujeres lo llevó a cometer innumerables violaciones, y si algo lo distinguió en su vida fue ser un astuto ladrón que jamás se avergonzó de todo el mal causado. Nunca pidió perdón.

 

AMLO necesita urgentemente construir una leyenda de sí mismo, que le permita no sólo imponer su poder al siguiente gobierno, sino construirse un lugar especial en el imaginario colectivo. En esa ruta no importa cuánto tenga que mentir –“tengo otros datos”- o a quién tenga que destruir para cumplir con sus objetivos.

 

Uno de los puntos más débiles y vergonzosos del régimen son las desapariciones forzosas de miles de personas a cargo del crimen organizado, al que el gobierno de AMLO no ha querido ni enfrentar ni detener. Para ellos sólo abrazos y más abrazos.

 

Con las cifras publicadas al cierre de julio, hay cerca de 44,000 personas desparecidas en la administración de AMLO. México ocupa un deshonroso segundo lugar mundial de desapariciones forzosas. Cada hora desparece una persona en nuestro país. Cada hora una familia mexicana vive la peor de las tragedias posible.

 

La responsable de la Comisión Nacional de Búsqueda, Karla Quintana, presentó su renuncia “en virtud de los contextos actuales”, es decir, la indiferencia del gobierno de AMLO para resolver este infame problema de seguridad nacional.

 

Para enfrentar la renuncia de Karla Quintana, AMLO la redujo a “un fin de ciclo”. Pero eso no es suficiente para él; siempre tiene que inventar otros datos, maquillar las cifras, negar la realidad y sin más, presentó su nueva estrategia: Desaparecer a los desaparecidos.

 

Según el Presidente, sus enemigos “inflaron las cifras de desaparecidos” por politiquería y sólo con el ánimo de desprestigiarlo, pero él tiene nuevos datos: «En muchas partes hay buenas noticias porque se están encontrando jóvenes, personas que se habían considerado desaparecidas en el censo que se tenía originalmente, vamos a corregir el censo”

 

¿Qué pensarán y sentirán los familiares de estas víctimas ante esta “nueva estrategia” del Presidente?, ¿A cuantas personas piensa AMLO desaparecer  del censo de desaparecidos para limpiar su imagen y su sagrada popularidad?, ¿No es suficiente tragedia el tener un familiar desparecido para que ahora por voluntad presidencial,  desparezca inclusive su nombre?

Desaparecidos e ignorados. La infamia no conoce límites.

 

De igual forma, AMLO anunció muy orgullosamente que una encuesta teléfonica lo ubica como el tercer mejor presidente del mundo. Tal vez ese mundo  del que AMLO presume sean países como: Cuba, Venezuela, Corea del Norte, Rusia, etc. En ese mundo, sí es posible que sea el tercero.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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José Cárdenas