Algunos habitantes de la isla de Maui afirmaron que no recibieron ninguna advertencia de los incendios y que tuvieron que actuar por su cuenta. El Gobernador de Hawái ha ordenado una investigación sobre la actuación de las autoridades y del por qué las sirenas de alarma no fueron activadas.
El número de fallecidos por los incendios en Hawái subió este sábado a 80, convirtiendo el desastre en el más mortal en la historia del estado.
En un mensaje en la web del condado de Maui, la zona más devastada por los fuegos, las autoridades confirmaron la nueva cifra y avisaron de que el incendio que asola la localidad de Lahaina todavía no ha sido contenido.
La nueva cifra de fallecidos coloca al desastre por delante del tsunami que en 1960 mató a 61 personas en la localidad de Hilo, si bien todavía queda lejos del tsunami de 1946, que dejó 158 fallecidos antes de que el territorio se convirtiera en un estado de Estados Unidos, recordó la cadena de noticias estounidense.
En una entrevista en esta emisora durante la tarde del viernes, el gobernador de Hawái, Josh Green, admitió que todavía puede pasar más de una semana antes de que las autoridades locales puedan peinar los restos calcinados de la histórica ciudad de Lahaina para hacerse una idea del número total de víctimas.
Este viernes más de 11 000 personas siguen sin electricidad en el estado, según PowerOutage.us, por lo que las comunicaciones con gran parte de la isla siguen siendo complejas.
El jueves el presidente estadounidense, Joe Biden, declaró la situación de desastre en Hawái y ordenó el envío de ayuda federal para complementar los esfuerzos de recuperación estatales y locales en las áreas afectadas por unos incendios forestales que comenzaron el pasado martes.
Biden también ordenó a la Guardia Nacional de EE. UU. y al personal de la Tercera Flota de Estados Unidos en Hawái que hicieran todo lo posible para ayudar a las autoridades locales.
Las imágenes muestran zonas completamente destruidas y la Patrulla Aérea Civil detalló que casi 300 estructuras habían sido impactadas por el fuego.
La fuerte sequía que ha afectado a las islas en los últimos meses, así como los fuertes vientos procedentes del huracán Dora, han provocado que las llamas se extendieran a una velocidad mucho mayor, según las autoridades locales, dificultando además las labores de extinción.
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