La Comisión Europea propuso medidas para mejorar la seguridad de los juguetes vendidos en la Unión Europea, en particular, la prohibición de usar ciertas sustancias químicas hasta ahora no reguladas, como las que afectan al sistema endocrino o son tóxicas para ciertos órganos.
El órgano ejecutivo de la UE plantea, además, crear un pasaporte digital con todos los detalles del juguete, que el importador tendrá que proporcionar a las autoridades aduaneras cuando quiera venderlo en la UE, con el fin de reforzar el control de los juguetes que llegan al mercado europeo desde terceros países.
También propone revisar la directiva sobre seguridad de los juguetes, que data de 2009 y fija los criterios que debe cumplir un juguete para poder venderse en la UE, sea fabricado dentro o fuera de ella, por ejemplo, en materia de higiene, su composición química o sus propiedades eléctricas.
La decisión llega después de que en 2020 una evaluación detectase ciertos problemas en las normas, en particular, en el control de los riesgos por sustancias químicas y su aplicación a las ventas de juguetes a través de Internet, que «no es suficientemente efectiva» por lo que sigue habiendo en el mercado europeo un «alto número» de juguetes que no las cumplen.
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La directiva actual ya prohíbe usar sustancias cancerígenas, mutágenas o tóxicos por reproducción, pero ahora Bruselas propone extender esa lista a los químicos que afectan al sistema endocrino y a aquellos que son tóxicos para un órgano específico, incluidos los sistemas inmune, neurológico o respiratorio.
«Estos químicos son particularmente perjudiciales para los niños porque podrían interferir con sus hormonas, su desarrollo cognitivo o impactar su salud en general», dijo en un comunicado la Comisión Europea.
Así, se vetarán aquellas sustancias que hayan sido calificadas de peligrosas bajo la legislación europea de químicos tan pronto como se los incluya en esta categoría, y solo se permitirán derogaciones de la prohibición general cuando se demuestre que no ponen en riesgo la seguridad de los niños y no haya alternativa a las mismas.
La segunda pata de la propuesta busca garantizar que no llegan productos inseguros desde fuera de la UE, para lo que Bruselas propone crear un pasaporte digital con toda la información sobre el juguete y el cumplimiento de los requisitos europeos, que los importadores tendrán que entregar a las autoridades aduaneras en las fronteras comunitarias, de modo que las autoridades tengan más fácil controlarlo.
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Las autoridades nacionales seguirán siendo las encargadas de vigilar el mercado de juguetes, pero la revisión plantea dar poder a la Comisión Europea para exigir que ciertos juguetes sean retirados del mercado cuando estos presenten riesgos que no estén claramente previstos en la regulación.
«La propuesta aumenta la igualdad de condiciones para la industria fabricante de juguetes de la UE, especialmente las pymes, eliminando una competencia injusta al tiempo que mejora la seguridad de nuestros niños», dijo en un comunicado el comisario de Mercado Interior, Thierry Breton.
Aunque las nuevas normas no regularán los riegos ligados al uso de tecnologías digitales, como la privacidad o la ciberseguridad, puesto que hay legislación específica para ello, la directiva sí obligará a proteger «la salud mental y psicológica, el bienestar y el desarrollo cognitivo de los niños».
La propuesta debe ser negociada entre la Eurocámara y los Estados miembros de la UE antes de entrar en vigor.
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La organización de consumidores europea BEUC urgió en un comunicado a aprobar la propuesta y celebró que, de convertirse en ley, sería la primera vez a nivel mundial que se prohíben los disruptores endocrinos de todo un grupo de productos.
«La exposición a estos químicos está ligada a graves problemas de salud, como infertilidad, pubertad temprana u obesidad», recordó BEUC, que cita un estudio llevado a cabo en mayo en Dinamarca que mostró que estas sustancias están presentes incluso en los juguetes para cuando están saliendo los dientes, en concreto, en 11 de cada 20 analizados. EFE