Es la última muerte misteriosa que involucra a algunas de las principales figuras empresariales y gubernamentales de Rusia. Baikova estaba con su amigo de 34 años, que se cree que se llama Andrei, a quien había invitado a tomar una copa. Se ha iniciado una investigación sobre su muerte.
Diversos «suicidios» y «muertes repentinas» en la élite rusa se han estado reportando en los últimos meses, iniciado tras la guerra en Ucrania. Muchos de ellos habían compartido su negativa a apoyar la invasión a Kiev y algunos especulan que habían sido asesinados por el Kremlin, pero sin confirmarse alguna información.
Entre estos decesos incluyen la de la oficial de defensa rusa Marina Yankina, de 58 años, en febrero de este año. Al igual que Baikova, murió al caer desde la ventana de un apartamento. Como jefa del departamento de apoyo financiero del Ministerio de Defensa, Yankina fue una figura clave en la financiación de la guerra.Su muerte se informó como un presunto suicidio, aunque esto es común en Rusia antes de que se lleve a cabo cualquier investigación o cuando los hechos no están claros.
También han muerto el viceministro de Ciencia y Educación Superior, Pyotr Kucherenko; el director general de la empresa eléctrica Yakutskenergo, Igor Shkurko; el el jefe petrolero Viatcheslav Rovneiko; y el magnate Pavel Antonov en diversas causas, pero con el factor común de estar en contra de la guerra.
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