Si de pronto pudiéramos volver a las riberas del Arno en los renacentistas tiempos del siglo XII y sucesivos en Florencia, la ciudad del mayor esplendor de aquellos años donde Brunelleschi desafío la gravedad e hizo una cúpula de viento en la iglesia de Santa María de la Flor; Maquiavelo escribió la política; Savonarola consumió la vanidad en la hoguera, y Dante bajó a los infiernos de la mano de Virgilio. También la lucha de los Güelfos contra los Gibelinos.
¿Los motivos? La influencia del papado en la vida pública. El control del dinero, a fin de cuentas. A Dios lo de Dios; al César lo del César y al Papa lo de todos.
“(WPD).- …Los términos güelfos y gibelinos proceden de los términos italianos “guelfi” y “ghibellini”, con los que se denominaban las dos facciones que desde el siglo XII apoyaron en el Sacro Imperio Romano Germánico…”
“…La lucha entre ambas facciones tuvo lugar también en Italia desde la segunda mitad del siglo. Su contexto histórico era el conflicto secular entre el papado… que pasaría a estar apoyado por los güelfos, contra el emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, apoyado por los gibelinos…”
El gran poeta Dante Alighieri fue una de las muchas víctimas de esa guerra. Exiliado, desterrado, proscrito, Dante no pudo volver a Florencia ni siquiera después de muerto. Está sepultado en Rávena y su tumba en la capital del Renacimiento, es un monumento vacío.
Pero la historia ya está escrita y algunos dicen, aún está por escribirse.
Y en todo eso pensaba cuando escuché a Dante Delgado (cada generación tiene su Dante), afirmar con severidad y un poco de humor su papel en este juego de Güelfos Tabasqueños y Gibelinos opositores:
“…De corazón, entiendo la ansiedad de cúpulas y bien pensantes, que, en su afán por detener al régimen actual, se ven seducidos por el espejismo de las promesas de la vieja política.
“Les pido paciencia, serenidad y confianza, llevo 30 años enfrentando al viejo régimen en todas sus formas,
desde dentro y desde fuera. Tomé la decisión de luchar y, por lo tanto, de recorrer el camino largo para lograr
un cambio real en México.
“No ha sido sencillo, mi decisión tuvo consecuencias, las afronté y pagué hasta con mi libertad. No me arrepiento y hoy tampoco estoy dispuesto a bajar los brazos…”
Pero menos de 24 horas después, en el programa de radio más importante de la mañana política (CGL) el mismo hombre de la serenidad, la paciencia y la confianza dijo con fulminante decisión: los que aceptaron el “Va por México” tuvieron 23 oportunidades de fracasar y fracasaron.
Se le acabó la paciencia.
ABDICACIÓN
Lo más parecido a una abdicación presidencial ha sido esto
“–¿Qué le digo a la gente (en cuanto al desgobierno en Guerrero)?
“No se dejen manipular y nosotros no vamos a ser rehenes de nadie. Y que no estén pensando, también, que somos represores, como eran los de antes. No, no hay tortura en este gobierno, no hay masacres, no hay desapariciones. No.
“La instrucción… es no caer en una provocación, porque puede ser que los jefes anden buscando eso, nada más que no se va a enfrentar, como lo dijo Rosa Icela, la violencia con la violencia. El mal no se puede enfrentar haciendo el mal, el mal se enfrenta haciendo el bien.
“Y pedirle a la gente que ayude y que los deje solos (a los delincuentes), que los deje solos, porque eso no es bueno…que no se dejen manipular por quienes dirigen estas bandas que están vinculadas a la delincuencia.
Que no se expongan porque, si los obligan y los amenazan, pues que actúen con prudencia (las víctimas), con cuidado (los chantajeados) , que no se confronten (los deudos) con los dirigentes de estos grupos, que se queden callados (como momias), pero que no se dejen manipular…”
Rafael Cardona