Aumenta la desconfianza del gobierno de Estados Unidos, la propuesta que hizo al Congreso el gobierno del Presidente Biden de retirar a México del Comando Norte para regresarlo al Comando Sur es la evidencia de que los civiles y algunas agencias de seguridad no están contentos con la relación existente y menos por la forma en que ha escalado el problema del tráfico de drogas sintéticas en especial el de fentanilo y la complacencia que consideran le dispensa la administración lopezobradorista a los cárteles de la drogas. La decisión implica que México saldría del paraguas de seguridad geopolítico estadounisense.
El Comando Norte fue creado en 2002, después de los ataques a las Torres Gemelas, es uno de los once que Estados Unidos tiene en todo el mundo para dar apoyo militar a las autoridades civiles, vigilar y proteger los intereses del país por tierra mar y aire en Canadá, México y Bahamas.
Habrá quien diga que lo mismo da que ubiquen a México en el Comando Sur, pero no es así, el trato, los intercambios y la relación va en otro tono y acciones, por ejemplo, el comandante es el encargado de la cooperación con las naciones incluídas en su área de responsabilidad. En el Sur se incluye a todos los países latinoamericanos, con excepción de México.
La relación nunca ha sido fácil, pero hasta antes de 2018 se habían construido lazos y puentes que permitieron la construcción del Tratado de Libre Comercio, programas contra el crimen y para frenar el tráfico de personas.
Paradójicamente esta semana se informó que México desplazó, nuevamente, a China como el principal socio comercial de los Estados Unidos.
La desconfianza reapareció, particularmente en la DEA y el FBI, cuyos directores fueron advirtiendo del crecimiento la presencia de grupos criminales en gran parte del territorio nacional, el tema se ha ventilado al nivel diplomático y se ha extendido en las dos cámaras, donde los legisladores repúblicanos vienen aumentado las críticas contra el gobierno de México. En nada ayudan los llamados de López Obrador a los mexicanos en Estados Unidos para que no voten por algunos personajes como el gobernador de Florida Ron DeSantis, porque aunque no es un porcentaje significativo que pese en la votación final, sí incomoda a quienes ven una injerencia del presidente de México en los procesos políticos del vecino.
No ha caído nada bien la posición ambivalente con respeto a la invasión de Rusia en contra de Ucrania, porque mientras en Naciones Unidas se hacen algunos señalamientos, el presidente trata a Rusia con condescendencia y, no solo eso, ha criticado las aportaciones de Estados Unidos para la defensa de Ucrania.
Desde el año pasado se reveló el aumento de diplomáticos rusos en México, sabido es que desde los tiempos de la Guerra Fría, la entonces Unión Soviética introdujo espías con etiqueta de diplomáticos.
Estados Unidos siente que a López Obrador la seguridad del país se le fue de las manos, públicamente se hace creer que hay acuerdos y hasta negociaciones, pero tras bambalinas en el gobierno de Biden en todos los niveles hay desconfianza, mientras que entre los republicanos las diferencias han venido subiendo de tono por eso el discurso ha llevado a determinadas figuras a sugereir que se clasifique a los cárteles entre los grupos terroristas y hasta el envío de tropas al territorio mexicano.