Un sumergible que llevaba a turistas a visitar el sitio de los restos del Titanic en aguas profundas frente a la costa de Canadá desapareció el pasado domingo.
Barcos y aviones de Estados Unidos, Canadá y Francia barrían una gran área tratando de encontrar el sumergible.
Los rescatistas están en una carrera bajo reloj para poder rescatar con vida a los integrantes del ‘Titan’, antes de que el oxígeno se agote a casi 4 mil metros de profundidad para observar el barco hundido más emblemático de la historia.
El ‘Titan’ es un pequeño sumergible operado por OceanGate, una empresa con sede en Estados Unidos que ofrece sumergibles tripulados para la industria, la investigación y la exploración. Los boletos cuestan alrededor de 250 mil dólares (unos 4.3 millones de pesos mexicanos) para un viaje de ocho días que incluye inmersiones al naufragio.
A diferencia de un submarino, un sumergible tiene reservas de energía limitadas, por lo que necesita una nave nodriza que pueda lanzarlo y recuperarlo, según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica.
En caso de enredarse, o de una falla de energía o comunicaciones, el ‘Titan’ estaría equipado con pesos de caída, que pueden soltarse en caso de emergencia, creando suficiente flotabilidad para llevarlo a la superficie.