«La causa judicial en su contra se retirará. Se irá a Bielorrusia», declaró el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, en alusión al jefe de Wagner. «Nadie juzgará (a los combatientes), tenida cuenta de sus méritos en el frente» del conflicto con Ucrania, agregó, añadiendo que el Kremlin pactó con la milicia amotinada para «evitar un baño de sangre».
Además, Peskov consideró «impensable» que el frustrado motín de la milicia Wagner afecte a la ofensiva militar en Ucrania, afirmó el sábado el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
«La operación militar especial continúa. Nuestros militares han conseguido rechazar la contraofensiva ucraniana», declaró.
El presidente ruso, Vladimir Putin, agradeció su homólogo bielorruso Alexandre Lukashenko su «trabajo realizado», luego que el jefe de las milicias Wagner ordenara a sus hombres no continuar su marcha a Moscú y regresar a sus campamentos. La escalada parecía imparable, pero Prigozhin ordenó por la noche a sus hombres dar media vuelta, para evitar un baño de sangre.
«El presidente de Bielorrusia informó con detalle al presidente de Rusia de los resultados de las negociaciones con la dirección del grupo Wagner», afirmó Minsk en un comunicado, añadiendo que Putin había «agradecido» a su aliado «el trabajo realizado».
En medio de esa confusión en Rusia, el ejército ucraniano lanzó maniobras ofensivas en varias direcciones contra las fuerzas rusas en el frente este y realizó nuevos avances, anunció el ministerio de Defensa. El ejército ruso anunció por su lado que en las últimas 24 horas repelió nueve ataques en el sur y el este de Ucrania.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, afirmó que la rebelión de la milicia de mercenarios demuestra la «evidente» debilidad de Rusia y destacó que su país está protegiendo a Europa «del mal y el caos» rusos. Ucrania lanzó en los últimos días una contraofensiva para recuperar territorios conquistados por Rusia desde el inicio de la intervención militar en la exrepública soviética, en febrero de 2022.