Es un primer paso que puede durar 75 días antes de llegar a un panel o arbitraje, como ya sucedió con las reglas de origen automotriz. El jueves, 64 congresistas republicanos solicitaron a Tai iniciar la disputa.
Estados Unidos ha expresado repetidamente su preocupación porque las políticas de biotecnología de México no se basan en la ciencia y amenazan con interrumpir las exportaciones estadunidenses a México en detrimento de los productores agrícolas, lo que a su vez puede exacerbar los desafíos de seguridad alimentaria”, sostuvo la funcionaria.
El pasado 13 de febrero, el gobierno de México publicó un decreto en el que prohíbe comprar, utilizar, distribuir, importar y promover el maíz transgénico para consumo humano, con el objetivo de “salvaguardar la salud”.
La representante comercial de Estados Unidos, Katherine Tai, anunció este viernes que solicitó consultas bajo el marco de resolución de disputas del T-MEC, por la prohibición de México al maíz genéticamente modificado.
Tai pidió la disputa apenas un día después de que 64 congresistas republicanos le solicitaran en una carta que iniciara ese proceso de negociación.
La petición de la Representación Comercial Especial de Comercio (USTR) de la Casa Blanca es un primer paso que dura 75 días, antes de que se consulte a un panel de disputa o arbitraje.
Seguiremos trabajando con el gobierno mexicano a través de estas consultas para resolver nuestras preocupaciones y ayudar a garantizar que los consumidores puedan continuar accediendo a alimentos y productos
agrícolas seguros y asequibles”, dijo Tai.
La representante ya había solicitado en marzo consultas técnicas en el marco del T-MEC para resolver la negativa de México al maíz transgénico y a las semillas biotecnológicas.
Estados Unidos ha expresado repetidamente su preocupación de que las políticas de biotecnología de México no se basan en la ciencia y amenazan con interrumpir las exportaciones estadunidenses a México en detrimento de los productores agrícolas, lo que a su vez puede exacerbar los desafíos de seguridad alimentaria”, dijo Tai.
Expresó que esas políticas mexicanas “también sofocan la innovación agrícola que ayuda a los agricultores estadunidenses a responder a los desafíos climáticos apremiantes, aumentar la productividad agrícola y mejorar los medios de vida de los agricultores”.
En su carta a la representante comercial, el grupo de congresistas republicanos expresó que si Estados Unidos deja de disputar, las políticas mexicanas de rechazo al maíz transgénico pueden repetirse en otras áreas.
Quizás lo más importante es que la falta de acción crearía un peligroso precedente de que las promesas hechas bajo USMCA y otros acuerdos comerciales por extensión pueden ignorarse sin consecuencias”, dijeron los legisladores.
El incumplimiento de México de sus compromisos agrícolas bajo el USMCA debe abordarse con el mismo vigor con que se han abordado otros aspectos del acuerdo, incluido el laboral. USMCA debe aplicarse en su totalidad”, agregaron los republicanos.
La carta la redactó el presidente del Subcomité de Comercio de Medios y Arbitrios del congreso, Adrian Smith, quien representa a un amplio sector de productores de maíz.
Smith advirtió que una inacción contra México en el marco del T-MEC costaría al “mercado de exportación unos $30 mil millones de dólares y quedaría en riesgo la de la agricultura estadounidense”.
En momentos en que Estados Unidos solicita consultas en el marco del T-MEC sobre el maíz transgénico, el canciller Marcelo Ebrard Casaubon consideró que estos paneles para resolver controversias son positivos, tras recordar que México ya ganó uno sobre las reglas de origen de la industria automotriz.
Los paneles yo los veo en general como un método positivo porque antes no teníamos paneles, Estados Unidos te aplicaba los aranceles y ya.
Entonces en este caso, si Estados Unidos decidiera iniciar un procedimiento, tendremos que presentar nuestros argumentos, y ajustarnos a lo que resuelva el panel”, manifestó el funcionario federal.
El titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), detalló que en las consultas para resolver las controversias comerciales los dos países son iguales y al final gana el que tiene la razón y presenta mejor argumentación.
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