Nuevos combates estallaron en Jartum, la capital de Sudán, horas después de que se anunciara una tregua de una semana, en medio de la lucha de poder entre el ejército y los paramilitares. 

Los mediadores estadounidenses y sauditas precisaron que, tras dos semanas de negociaciones en Yeda, los bandos rivales llegaron a un acuerdo de alto al fuego «que entrará en vigor a las 09:45 p.m. de Jartum el 22 de mayo». 

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Desde que empezaron los combates el 15 de abril entre el ejército, dirigido por el general Abdel Fatah al Burhan, y los paramilitares de las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR), del general Mohamed Hamdan Daglo, cerca de mil personas han muerto y más de un millón han tenido que abandonar sus casas. 

La infraestructura de este país de África Oriental, uno de los más pobres del mundo, ha pagado un alto precio. Casi todos los hospitales de Jartum y Darfur ya no pueden operar y los médicos denuncian bombardeos a centros de salud. 

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La mayoría de los cinco millones de habitantes de la capital, encerrados en sus casas, no tienen agua ni electricidad, y los grupos humanitarios piden corredores para llevar víveres, medicamentos y combustible.