El ejercicio de poder y propaganda de las conferencias matutinas del presidente López Obrador, llamadas “mañaneras”; es un recurso original e insustituible en el discurso presidencial como eje, motor, timón, escudo, así como dictáfono de la agenda nacional, cuya abrumadora imposición, frena cualquier otro intento de ocupar todo el espectro, convertido en pasarela y monopolio del Ejecutivo.
–¿Por qué, si la mañanera es todo eso, el presidente debe renunciar a su principal herramienta de imposición temática y catequesis política?
La pueril exigencia de quienes quieren censurar la maquinaria presidencial solamente causa risa. La risa de la pena ajena, porque no hay ningún argumento tan baladí como ese de la división generada desde el púlpito. Eso no se resuelve con el incendio del templo.
Si bien en la teoría es cierto el anhelado papel unificador de la figura presidencial, en la práctica –lo sabemos y lo vemos en cualquier parte–, la presidencia es también una trinchera política. En las naciones donde hay reelección, como en los Estados Unidos, el Ejecutivo hace campaña abiertamente, lo cual prueba la existencia de una sociedad dividida entre sus votantes y sus opositores.
–¿Cómo usa AMLO la mañanera para defender a la mañanera; lo cual es defenderse a sí mismo?
Pues así:
“…Es un nivel de intolerancia que muestra con claridad su autoritarismo de los conservadores y sus voceros, nada más quieren hablar ellos. Imagínense que nos quedáramos sólo esperando las noticias de la televisión, de la radio, los comentaristas de radio, de televisión, los columnistas de los periódicos.
“Entonces, llena de desesperación, como no les funcionan sus estrategias, muy perversas, por cierto, inmorales, pues ahora se van por lo más directo y descarado, ¿no? Que desaparezca la mañanera.
“Eso sí, hablan de democracia, de libertades, de pluralidad, de tolerancia, de que no quieren la polarización.
“No, claro que no quieren la polarización, quieren la hegemonía, quieren ser ellos nada más los únicos, se acostumbraron, y ahora que ya la gente está asumiendo un papel protagónico, que ya no hay ciudadanos imaginarios, manipulables, porque ya no hay analfabetismo político en México ellos se desesperan, se ofuscan y enseñan el cobre. Esto es una muestra clara del autoritarismo conservador y de su hipocresía.
“Está como el otro caso. En una semana dos hechos más, pero dos así muy relevantes, de manipulación y de hipocresía…
“…Entonces, pues por eso vamos a seguir con las mañaneras informando, aunque no les guste”.
Sin embargo quienes dudan de la existencia ( o la ignoran) de una “real politik”, deberían recordar esto (oct 22):
“La conferencia mañanera “es un diálogo circular y se garantiza el derecho del pueblo a la información… Se dice que la información es poder, y sí lo es, pero cuando se pone al servicio de los demás, puesto que el poder no es el dinero, la prepotencia, o el mando. Es humildad, es mandar obedeciendo, porque si se está impulsando una transformación es natural que exista una oposición; que haya resistencias al cambio. En efecto, nosotros estamos llevando a cabo una transformación y estamos enfrentando una reacción conservadora, y de ahí viene la palabra reaccionario.
“Si nosotros no informamos, les dejamos todo el terreno a nuestros adversarios… nosotros podemos dar a conocer los otros datos, replicar, pero sobre todo hacer conciencia. Por eso es pedagógico: lo más importante en una transformación es el cambio de mentalidad.
“Así como la política es transformar, también la obra mayor en una política de transformación es el cambio de mentalidad. Cuando cambia la mentalidad, cambia todo… lo nuestro es una revolución de las conciencias que ha calado profundo. Hay millones de personas participando en esta transformación…”
Si lo anterior no sirve para comprender la naturaleza de estas acciones, entonces no hay remedio.
Si no se comprende la naturaleza inmutable de un agitador político, tampoco.
Rafael Cardona