Los centros electorales para los comicios presidenciales y parlamentarios de Paraguay abrieron en medio de llamados de los candidatos a que haya una alta participación.
El actual presidente Mario Abdo, uno de los primeros en votar en Asunción, instó a los votantes a acudir a las urnas. «A mayor participación, mayor legitimidad de la democracia», dijo.
Los paraguayos eligen un nuevo presidente y Congreso en unas elecciones de resultado incierto, marcadas por acusaciones de corrupción contra altas figuras del oficialismo y en las que la continuidad de la relación con Taiwán ha sido puesta en duda.
Santiago Peña, un economista de 44 años, intenta retener el poder para el oficialista Partido Colorado (conservadores), frente a Efraín Alegre, abogado de 60 años que lidera la coalición de centro-izquierda Concertación Nacional.
El Partido Colorado ha gobernado Paraguay desde los años 1950, en dictadura y en democracia, con una sola interrupción durante el gobierno del izquierdista Fernando Lugo (2008-12), destituido en juicio político del Congreso un año antes de terminar su mandato.
Para estos comicios, las últimas encuestas señalan un empate técnico entre Peña y Alegre. Las elecciones presidenciales paraguayas tienen una sola vuelta, y se ganan con mayoría simple para un periodo de cinco años sin posibilidad de reelección.