Jesús Silva Herzog-Márquez, analista político, expresó que la quema de una efigie de la ministra presidenta Norma Piña por un grupo de seguidores de López Obrador el 18 de marzo en el zócalo es una preocupante expresión de fanatismo que merece una condena contundente, más unánime y fuerte que la que ha causado hasta ahora. En un país donde la violencia extrema se ha normalizado, éste no es un acto menor, ni equiparable a la quema de Judas.