El presidente de EE.UU., Joe Biden, envía un mensaje de tranquilidad al sistema bancario y dijo que, aunque tomará tiempo para que la situación se calme, no ve una “explosión” en el horizonte.
“Creo que va a tomar un poco de tiempo para que las cosas se calmen, pero no veo nada en el horizonte que esté a punto de explotar”, afirmó el mandatario estadounidense en una rueda de prensa en Ottawa junto al primer ministro de Canadá, Justin Trudeau.
Pese a ese mensaje tranquilizador, Biden dijo que entiende la existencia de “cierto malestar” pero defendió que su Gobierno ha hecho “un buen trabajo” para garantizar que los estadounidenses pueden acceder a sus ahorros y que los bancos del país tienen los fondos suficientes.
El mensaje de Biden se engloba en los intentos de su Gobierno para calmar los mercados, asegurando que el sistema bancario estadounidense es sólido y que las autoridades adoptarán medidas para garantizar los ahorros ante la crisis desatada en las últimas semanas por la quiebra de dos bancos del país y el rescate de un tercero.
El pánico cruzó también el Atlántico y casi acaba con el banco suizo Credit Suisse, que finalmente tuvo que ser adquirido durante el pasado fin de semana por su competidor UBS tras la crisis de confianza que estaba hundiendo su cotización en el mercado.
Al respecto, Biden afirmó que “lo que está ocurriendo en Europa no es una consecuencia directa de lo que ha pasado en Estados Unidos”, pero reiteró que su Gobierno garantizará los ahorros de los estadounidenses.
La situación financiera de los dos bancos estadounidenses que han quebrado, el Silicon Valley Bank (SVB) y Signature Bank, empeoró por la política monetaria de la Fed, que lleva desde marzo del año pasado subiendo los tipos de interés para combatir la inflación.
Así las cosas, la Fed decidió elevar los tipos una vez más esta semana, 0,25 puntos, para situarlos en una horquilla de entre el 4,75 % y el 5 %, aunque el presidente de la Fed, Jerome Powell, no descartó que el banco central pueda pausar estas subidas en su próxima reunión.
Este viernes, los grandes bancos europeos registraron otra jornada de abultadas caídas en la bolsa arrastrados por el descenso de más del 10 % del Deutsche Bank tras anunciar amortizar deuda subordinada antes de su vencimiento.
Wall Street cerró la semana con subidas superiores al 1 % en sus principales indicadores pese a la preocupación por el sector bancario y los ecos de la crisis financiera, centrándose más en los mensajes y acciones de los responsables financieros y de política monetaria.
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