Las manifestaciones antigubernamentales que se realizan este viernes en Lima derivaron en nuevos enfrentamientos con las fuerzas de seguridad y «severos daños» en la infraestructura en el centro histórico de la capital de Perú, informaron fuentes oficiales.
Las protestas reunieron por segundo día consecutivo a miles de personas, muchas de ellas llegadas desde las regiones del sur de Perú y, tras un inicio pacífico, llevaron a choques con los agentes de la policía, que en varias calles lanzaron gases lacrimógenos.
Las cámaras de seguridad de la Municipalidad de Lima mostraron que piquetes de manifestantes intentaban ingresar por calles paralelas hacia la céntrica avenida Abancay, donde se encuentran las sedes del Congreso y la Fiscalía peruana.
Las imágenes, difundidas ampliamente por medios locales, mostraron que otro grupo dañó la infraestructura de la estación Colmena del servicio de transporte público del Metropolitano.
El grueso de los manifestantes fue detenido por un numeroso cordón policial a la altura del Parque Universitario, sin que de momento se produzcan en esa zona graves enfrentamientos, salvo algunas escaramuzas.
En la cercana avenida Nicolás de Piérola sí se produjo una estampida de manifestantes perseguidos por policías en motocicletas y en el cercano cruce de los jirones Miro Quesada y Lampa se reportó el lanzamiento de gases lacrimógenos.
Grupos de agentes también bloquearon con urgencia las calles cercanas al Mercado Central y el Barrio Chino de Lima, por donde se informó que piquetes de personas iban a intentar romper el cerco policial.
Hasta la zona llegaron tanquetas y vehículos blindados multipropósito de la Policía Nacional, así como vehículos y camiones portatropa de la Marina de Guerra, aunque sin que estos intervengan directamente en los enfrentamientos.
Según la información, en un primer momento se planteó un diálogo con representantes de la mina, pero luego los manifestantes ingresaron a las instalaciones, donde se produjo la quema de pastizales en las cercanías a las zonas de vivienda de los trabajadores.
La agencia oficial Andina detalló que «alrededor de 300 desconocidos, varones en su mayoría, ingresaron al campamento» minero y provocaron la quema de pastizales, incendiaron algunos inmuebles y «cometieron destrozos, saqueos de bienes de la empresa y del personal».
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