La manifestación comenzó al mediodía del viernes y lanzaron un mensaje de apoyo al puñado de irreductibles que se oponen a la operación de evacuación llevada a cabo por la policía en el pueblo deshabitado de Lützerath, situado al borde de la mina. Las fuerzas del orden reanudaron a primera hora de la mañana los trabajos de desmantelamiento del campamento. Entre 20 y 40 activistas seguían ocupando el sitio el viernes por la noche, precisó un vocero de su movimiento.
Se talaron árboles y numerosas cabañas, construidas en altura por los activistas, resultaron vaciadas de sus ocupantes. Estos fueron escoltados hacia la salida del sitio, que ahora está rodeado de rejas. Cerca del lugar, que se convirtió en símbolo de la defensa del clima y de la oposición a los combustibles fósiles, los autobuses depositan a los cientos de manifestantes, según periodistas de la AFP.
Los participantes llevaban pancartas y cantaban bajo la mirada de las fuerzas de policía. Greta Thunberg es la personalidad más esperada del día en este sitio, que ya visitó en los últimos dos años. Los organizadores apuestan por la participación de decenas de miles de manifestantes, bajo una lluvia intensa. La policía espera unas 8 mil personas.
El pueblo, situado en la cuenca renana —entre Düsseldorf y Colonia—, debe desaparecer para permitir la extensión de una inmensa mina de lignito a cielo abierto, una de las más grandes de Europa, explotada por el grupo energético alemán RWE.
La operación de evacuación, que comenzó esta semana, movilizó refuerzos policiales de todo Alemania y, por el momento, se desarrolló sin incidentes significativos. Desde el comienzo de la evacuación, unos 470 militantes fueron evacuados del sitio, según la prensa alemana citando a la policía.