Desde la perspectiva del especialista de la UNAM, la sexta ola del COVID-19 comenzó hace cuatro o cinco semanas cuando hubo un incremento en los contagios, aunque la tendencia indica que los casos son menos graves, provocando hospitalizaciones o defunciones en poca medida.
“Cabe destacar que esta ola se está configurando de una manera diferente: los casos no son tan graves o letales como lo fueron en otras olas, debido a que la variante del virus que sigue circulando es Ómicron, con una amplia diversidad de subvariantes”.
Si bien, las variantes que abundarán en esta nueva etapa de transmisión, Ponce de León advierte que la transmisión de influenza, que se había mantenido limitada en los dos años anteriores gracias a las medidas de prevención, está aumentando considerablemente porque dichas medidas ya se relajaron”, dice. Estos virus podrían converger.
La principal diferencia, según el coordinador del PUIREE de la UNAM, es que cada época invernal nos permite estar en contacto con una gran variedad de virus y, por lo tanto, debemos reforzar nuestro sistema inmunitario para hacerles frente; sin embargo, las medidas restrictivas nos privaron de dichos anticuerpos.