La fuerte presencia militar y policial en la frontera entre México y EU, en el límite entre Ciudad Juárez y El Paso, estrechó aún más el ya limitado acceso de los migrantes que tratan de pasar.
En esta jornada en la que se iba a levantar el Título 42, la norma sanitaria que permite expulsiones inmediatas, pero que ha quedado temporalmente en vigor, la presencia de migrantes sigue siendo masiva en la frontera y quienes tratan de cruzar ven más difícil su objetivo.
Un día después de que la Guardia Nacional estadounidense colocara alambre de púas en la única parte sin muro de esta zona de la frontera, cientos de migrantes hacían fila con la esperanza de que las autoridades estadounidenses les dejen pasar y entregarse.
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El estado de Texas envió este martes a más de 400 soldados a la ciudad de El Paso, para «reforzar la seguridad fronteriza», ante el aumento de «cruces ilegales» en la última semana, según señalaba un comunicado del Departamento militar de este estado.
Desde entonces, los soldados armados con fusiles y camionetas militares impiden que los migrantes crucen un estrecho de la frontera, atravesando el río Bravo por la zona sin muro, que ahora está llena de concertinas.
Una cantidad masiva de migrantes en busca de asilo, se paran cerca del muro fronterizo después de cruzar el río Bravo para entregarse a los agentes de la Patrulla Fronteriza de EU en El Paso, Texas. Esta situación forzó a cientos de migrantes a moverse hacia el oeste, donde formaron una fila frente a una compuerta del muro fronterizo.
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La Patrulla Fronteriza solo abre de vez en cuando esta puerta, que es tan alta como el muro y a cada vez permite que pasen entre diez y quince personas, las detienen y las transportan a un centro de procesamiento para tramitar sus casos.
El objetivo de la Guardia Nacional, en conjunto con el Departamento de Seguridad Pública de Texas (DPS en inglés), es «bloquear la vía de entrada” donde no hay muro y mover a las personas a que vayan a los «puertos de entrada”, explicó Elliott Torres, portavoz del DPS.
Sin embargo, debido al Título 42, no es posible para los migrantes solicitar asilo en los puertos de entrada, por lo que las personas deciden entregarse para ser detenidas por las autoridades migratorias.
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En la larga fila de migrantes, arropados con cobijas para protegerse del frío que azota a las ciudades fronterizas al caer la noche, había migrantes procedentes de Ecuador, Perú, Nicaragua y Colombia.
Estos países no están sujetos al Título 42, por lo que las autoridades no pueden devolverlos a México, como sí hacen con venezolanos, mexicanos y resto de centroamericanos.
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