En un artículo de The Hollywood Reporter se da por sentado que los días de Jason Momoa interpretando a Aquaman podrían haber terminado después de Aquaman and the Lost Kingdom, la secuela en solitario que se estrenará el año que viene. Al parecer, no será su último filme con Warner y DC bajo el amparo de James Gunn, ya que el actor podría asumir otro papel importante dentro del Universo Cinematográfico de DC: Lobo. Es algo que ya habíamos intuidos en declaraciones previas de Momoa, que dejaba caer que estaba más que feliz de la llegada del director de Guardianes de la galaxia, porque eso significaba que estaba «en buenas manos».
En el artículo explican que, si bien parece que James Gunn quiere cortar vínculos con actores como Henry Cavill, Gal Gadot y demás, Momoa podría emerger como una figura fundamental en los nuevos planes. En este escenario, el héroe submarino Arthur Curry dejaría de existir tras el filme que se espera para 25 de diciembre de 2023, adoptando la forma de Lobo, el mercenario intergaláctico. Este antihéroe, muy popular durante los años noventa, sería vital en el nuevo estilo de DC en el cine, si bien no se descarta que otros personajes más tradicionales en el panteón de héroes de la editorial. «El personaje es un auténtico forastero en este universo, un antihéroe y se mantiene en línea con la especialidad de Gunn de tomar lo poco convencional y extravagante, convertirlo en algo que acabe convenciendo a los espectadores y las masas», remarcan en el reportaje.
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