Tras la muerte de Benedicto XVI, su funeral se realizará el 5 de enero y será presidido por el papa Francisco, quien se convertirá en el primer pontífice en la historia de la Iglesia católica en dirigir el funeral de otro papa, esta vez sin funciones.
El portavoz del Vaticano, Matteo Bruni, informó que el funeral tendrá lugar en la plaza de San Pedro a las 9:30 horas locales.
«Según el deseo del papa emérito, el funeral se realizará en la mayor sencillez», añadió el vocero papal.
El cuerpo del pontífice emérito, que fue Papa desde 2005 hasta su renuncia en 2013, será expuesto a partir del lunes en la basílica de San Pedro para ser venerado por los creyentes.
Según expertos en asuntos religiosos, dado que no existe un protocolo específico para la muerte de un papa emérito, su funeral será muy parecido al de un Papa en activo «pero sin cónclave» y «sin sede vacante».
Durante ese tiempo, el cadáver del pontífice permanecerá a la vista de todos, sobre un sobrio tapiz, con vestiduras litúrgicas.
Sólo unas horas antes de su inhumación será colocado en un ataúd recubierto por otros dos: el exterior, de madera de olmo; el del medio, de plomo; y el interior, de madera de ciprés.
Un espacio de la cripta ubicada junto a las catacumbas de San Pedro ha sido reservado para acoger el cuerpo de Benedicto XVI, a no ser que haya dejado instrucciones para ser enterrado en otro lugar.
Según los reglamentos establecidos por la Constitución Apostólica Dominici Gregis, promulgada por Juan Pablo II en 1996, Francisco va a decretar el luto oficial.
Los cardenales en todo el mundo celebrarán eucaristías por su descanso eterno durante esos días.