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La metamorfosis de AMLO y su influencia en el círculo rojo

Publicado por
José Cárdenas

Alejandro Aguirre 

 

López Obrador no es el mismo que llegó a Palacio Nacional en el 2018, y tan no lo es, que la mayor parte de las filtraciones a medios de comunicación provienen de su equipo cercano de trabajo. Algunos de ellos lo hacen, (en estos días), por estrategia electoral, y otros, inundados e inmersos en el coraje.

Y es que a decir de aquellos inconformes al interior del círculo rojo, las formas del presidente se han modificado al grado que, sin mucho tacto de por medio, en cada junta de trabajo no hay más verdad que la suya, no hay más argumentos que los que él ofrece (e impone).

Andrés Manuel López Obrador era otro cuando ganó la presidencia del país, no había probado las mieles de “tener todo el poder”, aunque llevara años observándolo desde afuera, (o lo hubiera palpado durante su estancia en la jefatura del entonces “Distrito Federal”).

Son personas cercanas a él quienes más filtran lo considerado “secreto” con el afán de, (entre muchas otras cosas), desestabilizar el juicio y ánimo del tabasqueño, más aún con miras hacia el 2024. Se trata de un numeroso grupo autodenominado, irónicamente, “la auténtica transformación”.

Ocurre que a decir de fuentes al interior de Palacio Nacional (todas ellas cercanas al tabasqueño), su manera de ser ha cambiado (notoriamente) en su apertura a escuchar las opiniones de colaboradores. De hecho, varios se enteran viendo “la mañanera” de aquello que debieron saber antes, en alguna junta privada.

Por eso cada vez más el presidente se desconcierta sobre la veracidad (aunque lo niegue), de aquello que se filtra: porque no puede venir de otra parte más que de su zona más cercana, y eso, indudablemente, le preocupa. Ante ello, el tabasqueño ordenó, a un grupo de cuatro personas, proceder a investigar, (para después), sabiendo los nombres de los señalados, depurarlos (o exhibirlos), según sea el caso.

Sin embargo, el asunto central para que exista un grupo molesto radica en que el presidente ha cambiado. López Obrador no es el mismo, no se parece incluso al que gobernó la metrópolis. Y si bien es cierto la gente cambia por naturaleza o circunstancia, no podría ocurrir al grado que lo ha hecho el de Tabasco, “por eso hay tanto inconforme al interior”.

 

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José Cárdenas