Viernes sangriento en Jersón, que sufre el ensañamiento del Ejército ruso semanas después de haber abandonado la ciudad. Al menos 15 civiles han muerto y 35 han resultado heridos en los bombardeos a zonas residenciales, según las autoridades locales.
«Este es el sitio donde se ha producido el último bombardeo en Jersón, como pueden ver un edificio de viviendas en una zona residencial. Varias personas han muerto en Jersón en los últimos días, según nos cuentan los residentes, que no habían experimentado este tipo de bombardeos aleatorios antes, cuando las tropas ucranianas intentaban retomar la ciudad. Dicen que los ataques eran más calculados y sólo apuntaban a objetivos militares.
Ahora los bombardeos se producen prácticamente en toda la ciudad. Hemos escuchado a algunos trabajadores aquí tratando de reparar los cables, aunque ahora mismo no hay electricidad en Jersón, no hay agua corriente, no hay calefacción. Como se puede ver en este cráter aquí es donde parte de esa artillería cayó y casi todas las ventanas en el otro lado de ese edificio residencial también estallaron.
La gente dice que, aunque se esforzaron en permanecer aquí en Jersón durante los días de la ocupación, y aseguran que fue psicológicamente muy difícil, afirman que ahora las cosas son aún más duras porque el riesgo es mucho más real mientras grabamos esto hay sonidos de explosiones por todo Jersón. La ciudad está al límite y muchos de los residentes dicen que no tienen idea de a dónde ir, pero que podrían tener que irse.»
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