Rusia finaliza la movilización parcial en Ucrania. Moscú afirma que 82.000 soldados ya están en el frente y 218.000 en los campos de entrenamiento.
Sergei Shoigu, ministro de Defensa de Rusia ha destacado:«No están previstas tareas adicionales [de movilización]. En el marco de la operación militar especial, los centros de reclutamiento continuarán su labor de dotar al ejército exclusivamente de voluntarios y candidatos a servir bajo contrato.»
En el frente sur, continúa lo que Rusia llama «evacuación» de los ciudadanos de Jersón hacia el territorio controlado por los rusos mientras fortifica la ciudad. La batalla por su control es inminente.
Volodímir Zelenski, presidente de Ucrania, señalaba:«Rusia está convirtiendo la región de Jersón en una zona sin civilización, carente de artículos de primera necesidad que están disponibles en la mayoría de los países del mundo. Antes de la llegada de Rusia, esta región, como todas las demás regiones de Ucrania, era completamente normal y segura, estaban garantizados todos los servicios sociales para su población. La vida estaba garantizada en esta región. Y ahora Rusia intenta hacer de la región de Jersón, literalmente, una zona de exclusión».
Los ataques rusos han dejado a cuatro millones de ucranianos sin electricidad. Las autoridades de Kiev tratan reparar urgentemente las estaciones dañadas para restablecer el suministro. Ucrania afirma que al menos seis personas han muerto en bombardeos cerca de la zona de Zaporiyia que está controlada por los rusos. Los rusos afirman haber repelido los ataques ucranianos en el este y haber destruido una fábrica militar ucraniana.
Mientras, lejos del frente principal y cerca de la frontera bielorrusa, las tropas ucranianas no bajan la guardia. Se preparan para un posible asalto ruso desde el otro lado. Temen que Minsk se implique en la guerra.
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