Una explosión en el estratégico puente de carretera y ferrocarril que une a Rusia con la península de Crimea derribó el sábado algunos tramos de vía en un sentido, dañando una ruta de abastecimiento crucial para los militares rusos en Ucrania.
A la explosión en el puente de Kerch, de la que Rusia no responsabilizó a nadie inmediatamente, siguieron mensajes alegres de funcionarios ucranianos, pero ninguna reivindicación directa del hecho.
Rusia arrebató Crimea a Ucrania en 2014 y el puente de 19 kilómetros, que la une con la red de transporte de Rusia, fue inaugurado con bombos y platillos cuatro años después por el propio presidente Vladimir Putin.
Ahora representa una importante ruta de abastecimiento para los militares rusos que han tomado el control de la mayor parte de la región de Jersón, en el sur de Ucrania, y para el puerto naval de Sebastopol, cuyo gobernador dijo a los lugareños: «Mantengan la calma. Que no cunda el pánico».
Todavía no estaba claro si la explosión fue un ataque deliberado o un accidente, pero los daños en una infraestructura de tan alto nivel ocurren cuando Rusia ha sufrido varias derrotas militares y podrían enturbiar aún más los mensajes del Kremlin de que el conflicto se está desarrollando según lo previsto, con lo que busca tranquilizar a la opinión pública.
La explosión ocurre además un día después del septuagésimo cumpleaños de Putin.