Diego Fernández de Cevallos, en su bitácora de la resistencia, consideró que los errores y violaciones graves que cometió la entonces Procuraduría General de la República, las autoridades actuales no solamente han politizado la investigación, si no que la han ideologizado de la manera más abominable, al extremo de considerar suficiente el dicho de a oídas de un criminal confeso, hoy testigo protegido, para con ello encarcelar a cuatro militares con una acusación tan falsa como infame.
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