La verdad el tipo se siente hecho a mano, ¿no crees?, aunque no entiendo bien el significado de esa definición, pero este lechuguino es una especie de metrosexual, playboy y heredero de fortuna aunque el dinero no sea suyo sino de la esposa y conste de ella, la hermosísima hija de Donald Trump, nadie ha dicho, parece que la señora tiene dinero como ocurre con otros célebres hombres jóvenes cercanos a algunas esferas del poder cuya órbita por ahora no tiene caso mencionar, pero por lo pronto, ya tenemos una oportunidad para poner al señor Jared Kuchner en su sitio, porque ha escrito recientemente unas memorias de su paso por la cercanía con su suegro (a veces la cercanía con la señora no basta), a quien asesoró en algunas materias, entre ellas la espinosa relación con el señor Luis Videgaray con quien sostuvo una buena amistad durante muchos años, con la suerte de hallarse ambos en posiciones donde podían aprovechar su conocimiento, y entonces Videgaray se convirtió en un interlocutor con Donald Trump, o mejor dicho, un mensajero, gracias a cuyas gestiones Enrique Peña Nieto apoyó la campaña del magnate del pelo zanahoria, con una invitación a México y luego con éste ya instalado en la Casa Blanca, pues en la triste figura menor de una relación siempre desigual, como fue siempre mientras Trump hizo y deshizo con los mexicanos, a quienes no se cansaba de apalear como su piñata, hasta con los aplausos y lisonjas de nuestro soberano señor presidente, el actual, no el exiliado Peña Nieto, quien le dijo amigo y quien sabe cuanta coda falsa, con todo lol cual Trump se salió con la suya, porque el muro prometido en la frontera sur americana, terminó con soldados mexicanos en la frontera sur de México, como todos ya sabemos, pero ese no es el tema por ahora, ya sabemos, gracias al libro de Kushner, cómo el señor Trump dobló a los mexicanos (López y Ebrard) lo cual, carece de novedad, pero lo malo es mentar la soga en la casa del ahorcado, porque cuando escuchamos a expresión del doblez o lo doblado en una cuestión política, de inmediato pensamos en el señor Paco Ignacio Taibo quien les ha dicho a sus críticos, se metimos doblada, compañeros, lo cual es de una vulgaridad pluscuasturiana, pero quien si dobló a los mexicanos fue Trump con el auxilio de Kushner quien ahora se solaza con el relato de su poderío, en el ya dicho libro, llamado, por cierto: “Breaking History: A White House Memoir” cuyo contenido haya merecido un mentís del señor canciller Marcelo Ebrard, quien a la manera de Don Teofilito ha dicho, no me doblo, ni me he doblado, ni me doblaré, a pesar de lo cual, los hechos ya ocurridos confirman plenamente la veracidad del texto kushneriano, pero es parte del trabajo de don Marcelo, desmentir y buscarle al gato gringo los tres pies faltantes para el gato mexicano, y por eso dice simplemente, pues Kushner le esta haciendo una vez campaña a su suegro, lo cual no es para dudarse, pero si le hace campaña con hechos reales, pues bien lleva el rumbo tal empeño; pero si no fuera así, como de seguro no lo es, para eso tenemos ahora una dorada oportunidad, poner el próximo miércoles, día consagrado por la IVT a la exhibición de la crítica, sus críticos en cueros, y pone en la pantalla las patrañas escritas, los falsos argumentos, las noticias inventadas, la falsedad, las versiones interesadas, las calumnias, los infundios, especialmente contra la obra bienhechora de nuestro señor presidente, y entonces mostrar la verdad pelona y sin calzón, pero no cualquier realidad; la verdad desnuda, monda y lironda, como se solía decir, entonces yo ya me imagino a la señora Vilchis (vil chismosa, le dicen los mal, querientes), diciendo sobre el libro todo cuanto la certeza merece advertir y decir, pues púlpito prestado por algunos enemigos para ella y su singular dislalia, no tiene otro objeto sino decir los mexicanos, quienes mienten con la pluma y quienes engañan con zafiedad y sin decoro; perversos chayoteros como de seguro debe ser bajo su otra personalidad el señor Kushner, porque cómo se atreve a decir algo así de nuestro supremo gobierno precisamente ahora cuando sin arredrarse ante las consecuencias, nuestro presidente desafía al imperio y le muestra la dorada e invencible lanza de la soberanía nacional, y blande ante sus azorados ojos, la espada flamígera de la Independencia y exhibe escudo de la libertad absoluta, porque ni somos colonia ni somos patio trasero (cuando menos, delantero, no sea usted así, señor Biden), y quizá eso explique todo, por un lado la campaña del retorno de Trump y por la otra la intención de debilitar a México con ese tipo de mentiras, pero para eso está doña Vilchis, quien de seguro desmenuzará el libro (debidamente traducido, claro) y m mostrará ante los ojos de los mexicanos hasta dónde pueden llegar las mentiras de los americanos, exhibidos por nuestro patriota presidente como alimentadores de los seudo ambientalistas cuya oposición al Tren Maya tiene ya alcances demenciales, cómo ser atreven a intentar ponerle freno al progreso, a la conexión entre los pueblos olvidados, entre los mexicanos necesitados, quizá porque les convenimos atrasados y pobres, pero eso se acabó señor Jared, se terminó para siempre; no importa cuántas veces se los debamos repetir: somos un país orgullosamente libre y soberano y no vamos a doblarnos, ni agacharnos, ni humillarnos; alzaremos la cabeza y si es necesario romper el tratado, pues lo rompemos y mejor podrido y no mal vendido, al fin yo ni quería.
Rafael Cardona