Carlos Marín, en su asalto a la razón, consideró que la detención del exprocurador Jesús Murillo Karam refleja la degradación a la que las instituciones como la Fiscalía General de la República, fuera de vaguedades y generalidades que desde hace ocho años cacarean los detractores de “la verdad histórica” (crimen de Estado cometido por “altas autoridades”), el informe “provisional” del subsecretario federal de Derechos Humanos, Alejandro Encinas, es, en estricto rigor, un batidillo de datos y presunciones con la polvorienta novedad conocida.
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