La guerra de Ucrania también se decide bajo el agua. El Reino Unido está formando a una docena de militares ucranianos en el uso de los drones subacuáticos que les van a suministrar.
La formación, a manos de especialistas de la Royal Navy, dura tres semanas y tiene lugar en algún punto del sur de Inglaterra.
El objetivo declarado de estos drones es localizar y neutralizar las minas rusas en puntos clave del mar Negro.
«Este dron submarino nos será muy útil para limpiar la zona marítima, especialmente una región muy crítica, cerca de Odesa y encontrar minas«, explica un miembro de la marina ucraniana que participa en el adiestramiento.
Además de formación, el Reino Unido y Estados Unidos van a aportar a Ucrania seis de estos drones submarinos, que utilizan tecnología de sonar para detectar explosivos bajo el agua.
Según el almirante británico retirado Alan West estos aparatos «d__eberían ser capaces de despejar una ruta principal para salir de los puertos ucranianos muy rápidamente. Eso es muy importante porque hay una inmensa presión para empezar a desplazar una montaña de grano que se está acumulando en Ucrania. Y no se trata solo de grano, sino también de aceite vegetal y maíz. Esto tiene que empezar a moverse», dice el almirante.
En tierra firme, las minas y proyectiles sin explotar también se han convertido en una lacra. En Donetsk, cerca de la línea de frente, equipos ucranianos localizan y detonan de forma controlada estos explosivos.
Los civiles de las zonas afectadas aseguran que los hay por todas partes. Las bombas de fragmentación, también llamadas bombas de racimo, liberan decenas de pequeñas bombas al abrirse; una submunición muy peligrosa cuando explota, pero también cuando no lo hace.