Está claro que poco o nada podremos hacer los ciudadanos comunes para modificar este rumbo absurdo que han tomado el gobierno federal y su caudillo -con su movimiento-, los partidos de oposición y sus impresentables líderes, los gobernadores, los diputados y senadores, y todo un largo etcétera a la que llamamos “la clase política”. Todos ellos, sin excepción, están enfrascados en su guerra civil particular donde ellos ponen el conflicto y el caos y los ciudadanos los muertos y el miedo.
Seguiremos de escándalo tras escándalo, cada vez más estridentes, para así poder ocultar el desastre del gobierno de AMLO. Después de cuatro años él seguirá escondiéndose en la “culpas de los gobiernos conservadores” e inventando nuevos distractores mediáticos para que la feligresía morenista aplauda frenéticamente al Pontífice Máximo de la 4T. Acto seguido, los partidos políticos opositores, sus dirigentes y los rabiosos anti 4T, reaccionarán en un mar de insultos y descalificaciones -idénticos a los de los morenistas, pero en sentido opuesto- sin ofrecer ninguna propuesta de solución, ni buscar nunca un diálogo franco con el gobierno. A la clase política solo le importan sus monólogos interminables con sus fanáticos.
Las elecciones del Estado de México serán la cumbre de los rumores, mentiras, arrestos tan espectaculares como inútiles, videos escandalosos, etc. A mayor daño causado al enemigo mayor ganancia para ellos y mayor pérdida para los ciudadanos.
¿Qué hacemos los ciudadanos que no queremos seguir viviendo bajo la tiranía del miedo, de la inseguridad y la impunidad? ¿Qué hacemos nosotros mientras vemos que en este continuo despropósito las instituciones nacionales se van desmoronando una a una y nos dejan en un estado casi tribal? ¿Qué hacemos para recuperar la paz, el Estado de Derecho y la seguridad personal y patrimonial?
Hay que admitir nuestra parte de responsabilidad en este desastre, pues con nuestros votos “sólo emocionales” hemos permitido que esta panda de cretinos -la clase política en su conjunto- hagan lo que les de la gana. Los gobernantes morenistas y los políticos y partidos de oposición actuales, no tienen remedio, pensemos en el futuro que inicia el dos de junio del 2024.
No basta con defender al INE, lo que hay que defender es el voto razonado; conocer a fondo a los candidatos que buscan nuestro voto, da igual si es el Presidente o un simple regidor. ¿Están preparados para representarnos y defender a fondo los intereses de México? ¿Cuál es su situación fiscal? ¿Han pagado impuestos en los últimos tres sexenios? ¿De qué han vivido y de qué viven en la actualidad? ¿Tienen los conocimientos académicos para ser algo más que bultos sospechosos? ¿Qué méritos tienen que justifiquen que sí pueden ser nuestros gobernantes?
¿Habremos aprendido que tener una personalidad carismática no es un mérito para ser Presidente? y de hecho puede ser un problema. ¿Que votar por alguien por miedo a que gane “el otro” no es voto útil?
El odio al adversario no resolverá nada. México tendrá futuro si por fin aprendemos a elegir a los mejores, y dejar de votar por “los menos peores”.
Tenemos un poco menos de dos años para hacer entre todos un trabajo electoral impecable, donde gane la inteligencia, la capacidad, la honradez, la preparación y la bondad, donde ganes tú, donde ganemos todos. Que gane México.
Todos los que tengamos derecho a votar en el 2024 tenemos una obligación ineludible con nosotros mismos, con nuestras familias y con la paz en México. No podemos fallar, merecemos algo mucho mejor.
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