Ana Paula Ordorica
A esta frase del presidente de que “No me vengan con que la ley es la ley” habría que añadirle un “Tampoco me vengan con que los acuerdos firmados son los acuerdos firmados”. Esto porque el día de hoy, Katherine Tai, la Representante Comercial de Estados Unidos, anunciará que su país ha solicitado iniciar consultas con México bajo las reglas del TMEC por las acciones y medidas que ha tomado el gobierno de Andrés Manuel López Obrador en el sector energético.
Iniciar consultas significa que habrá un pleito comercial entre ambos gobiernos en donde el estadounidense acusa a México de no cumplir con lo acordado con la firma del TMEC.
Este anuncio se dará a solo una semana de la visita de AMLO a Biden en Washington. Tras el encuentro ambos presidentes dieron a conocer un comunicado conjunto en el que de manera destacada se comprometieron a promover un medio ambiente más limpio para Norteamérica.
Apenas el viernes de la semana pasada me invitó el Embajador Ken Salazar a su residencia para hablar “on-the-record” precisamente del encuentro Biden-AMLO y de este comunicado conjunto. Al leer el párrafo en el que ambos presidentes se comprometieron a impulsar energías limpias y renovables y a buscar un camino para que México y Pemex, en cooperación con EUA, desarrollen e implementen un plan que permita mayores proyectos prioritarios de inversión en energías verdes, le pregunté al Embajador Salazar que qué pasaba si uno de los países no cumplía con lo establecido en el documento.
La pregunta la hice porque lo que ahí parecía que era un compromiso de México, en realidad no refleja lo que ha estado ocurriendo. Cumplir con lo establecido en el comunicado implicaría un viraje casi de 180º en las acciones del gobierno de López Obrador. Le di dos ejemplos al Embajador para sustentar mi preocupación y mi pregunta. Primero: actualmente utilizamos combustóleo para generar energía eléctrica que es la forma más sucia (y cara) de hacerlo. Segundo: Se legalizaron los “autos chocolate” con lo que el parque vehicular en México irá en sentido opuesto de lo establecido en el comunicado. En lugar de acelerar su transición hacia vehículos cero emisiones, hemos legalizado el envejecimiento de nuestro parque vehicular.
La respuesta del Embajador Salazar es que el tiempo dirá si los gobiernos cumplen con sus compromisos establecidos en el comunicado conjunto.
Y ese tiempo se ha acelerado. El que la Embajadora Tai recurra a consultas es la antesala al inicio de un pleito comercial. Las razones de la Representante Comercial de EUA van desde que el gobierno mexicano le ha dado prioridad a la CFE y a Pemex en el orden de despacho de las energías hasta que ha actuado para impedir que las inversiones privadas participen de manera
eficiente en el sector al retrasar, negar o simplemente no otorgarles permisos simplemente por no ser las empresas del Estado.
El patrón del presidente López Obrador es claro. La ley y los acuerdos no los respeta si no le gustan o no le son favorables. Es el caso del TMEC en el sector energético. En lugar de enfocarse en lograr que EUA no contravenga el tratado en áreas como las laborales o al otorgar subsidios a fabricantes de autos eléctricos, prefiere violar lo que él mismo estuvo de acuerdo en firmar. Ante esta actitud México pierde por partida doble.
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